Sí; Barcelona es campeón de la Copa de Rey. Cierto, goleó al Sevilla 5 a 0 en el Wanda Metropolitano y todo fue fiesta. Pero el recuerdo de la eliminación culé en Champions, es y seguirá siendo un trauma para los aficionados. Por lo pronto, el dolor se tapa con alegrías aunque sean efímeras.
El Barcelona es una máquina, una aplanadora. Es para muchos, el mejor equipo del mundo. Los de Valverde se toman todos y cada uno de los partidos que juegan con mucha seriedad. La Copa era para resarcir las heridas del reciente pasado y darse un festín mientras llega el segundo título del año con la inminente Liga. Contra el Deportivo o bien contra el Madrid. Pero llegará.
En Madrid el Barcelona cantó su himno posterior al partido contra un aparentemente débil Sevilla que no metió ni las manos. Andrés Iniesta, se fue como auténtico rey participando en la goleada catalana que inició Suárez pasando por Messi y Coutinho. Es monarca por cuarto año consecutivo y con este título, ya ha ganado en 30 de 114 ediciones. El único y verdadero Rey de Copas.
Los andaluces no le rindieron ni 15 minutos. El uruguayoLuis Suárez fue el primero en clavar la estaca al 14′ cuando recibió un servicio del brasiles Coutinho con el prtero vencido. Justo cuando parecía que la pelota se le pasaba, la empujó para cantar el primero. Pasaron otros 15 minutos y esta vez, Lionel Messi apareció para sepultar desde temprano toda esperanza de reacción sevillana.
Para cuando la primera parte moría, el propio Suarez le dio mas forma a la goleada tras recibir un balón filtrado del argentino, que entre 3 defensas batió al arquero para el 3-0. Así se fueron al descanso, con el título prácticamente en el bolsillo y el partido resuelto.
Para la segunda mitad, al 54′ apareció el que tenía la obligación de hacerlo; Andrés Iniesta. Anotó el 4-0 con una finta y definición exquisita para batir una vez más a Soria. Los de Valverde siguieron a tambor batiente y fue al 70′ que por medio de un penal, Philippe Coutinho también puso las cifras definitivas.
Un 5-0 humillante donde el Barça manejó a placer el encuentro. A decir verdad, jamás preocuparon al portero holandés Cilissen. El arbitro silbó el final y la grada estalló de emoción con el grito ahogado de celebrar cuanto antes, algo. Barcelona tenía hasta hace unos días el triplete en sus manos. Con la pérdida de la Champions, le quedó el doblete que ahora sí, ya luce inminente.