Todos en la vida tienen un maestro. Más aún en el futbol donde la sabiduría se pasa por generaciones. Las estrategias y modos de entrenar se aprenden de quien se aprende inicialmente. Existen las llamadas “escuelas”, donde cada quien imprime la razón de un viejo técnico del que se acopló a un sistema. Otros implementan nuevas técnicas derivadas de una corriente. Las doctrinas defensivas y ofensivas siempre han existido, pero jamás iguales en el toque mágico de cada uno.
En pocas palabras, en el futbol no se inventa, se reinventa. Y es precisamente lo que se ha hecho con el catenaccio de Helenio Herrera o en México el llamado Lavolpismo, así como muchas otras formas de plantear un partido de futbol. Muchos dicen, el futbol es futbol. Simple como eso, sin conjeturas ni ataduras.
¿Quién no conoce a Pep Guardiola? Lo que hizo en el Barcelona es inmejorablemente envidiable. Su trabajo con los culés fue exquisito y tratado de emular. Nadie ha podido y tras sorprender al mundo con ese cuadro catalán prácticamente invencible, se fue a probar suerte a otros países, o bien, a probar su teoría de que el futbol es igual en todos lados. Algunas veces tuvo éxitos, otras no tantos. Lo cierto es que Pep, ha dirigido ya en 3 Ligas distintas y aún con camino por recorrer.
Antes de toda esta cascada de logros, el humilde Pep fue futbolista y aprendiz. Lo hizo de Juan Manuel Lillo, a quienes muchos consideran un “maestro y poeta de la pelota”. Hoy día, hay tantos que se nos dificulta creerle a uno más. Lillo pasó por México con Pep en sus espaldas, pero esa es historia que contaremos tras unos párrafos más.
Pareciera inverosímil el respeto a Lillo, un técnico que jamás ha ganado nada. Un enamorado del futbol, pero no de jugarlo, sino de manejarlo. Es el técnico más joven en la historia de España desde el banquillo. Comenzó antes de los 30 dirigiendo al Salamanca profesionalmente. ¿Antes? Claro, lo hizo desde la cuna. A los 16 años, con equipos amateur. Al Tolosa posteriormente y al Mirandés ascendiendo a Segunda División.
En el Salamanca lo hizo en el máximo nivel y su primer gran fracaso, a mediados de los años 90, el golpe llegó con la destitución tras dejar el equipo en último lugar. Pero ya estaba escrito lo hecho por él: un joven que retó a los viejos dinosaurios del futbol español.
De cualquier manera, ese prestigio ganado (como fuera) ya estaba en los libros de récords y muchos otros equipos decidieron darle el beneficio de la duda. Oviedo, Tenerife, Zaragoza, Murcia y Terrassa tanto en el máximo circuito como en divisiones inferiores. Había una mística diferente en todo… sus equipos no ganaban, pero jugaban un futbol soberbiamente hermoso. Una disyuntiva que paradójicamente llevaba siempre al despido.
Llegó entonces la primera aventura fuera de su país. Arribó en 2005 a Sinaloa para salvar a los Dorados del descenso mexicano. Un equipo deshecho, fracturado y sentenciado, prácticamente. Fue entonces que trajo a un escudero invaluable con un futuro prominente: Pep Guardiola. Al final y a pesar de la maravillosa temporada (que finalizó en octavo) los porcentajes no le favorecieron y Dorados descendió. Criticó la competición y salió de México como un prófugo. Sin embargo, dejó una semilla dentro de Guardiola, donde se dice, ahí justamente fue cuando se inició como técnico.
El técnico catalán prácticamente jugaba y dirigía muchas de las practicas y era el técnico dentro de la cancha. El entrenador de lujo que jamás se imaginó Dorados iba a tener con el paso de los años. Lillo se marchó de vuelta a España y tras un par de años sin entrenar, volvió con la Real Sociedad con la finalidad de ascenderlo, pero tras dos intentos fallidos se fue.
Reemplazó a Hugo Sánchez en el banquillo del Almería. Las cosas del destino… primero, salvó del descenso al cuadro andaluz. Pero enfrentó a Guardiola, quien ya dirigía en el Barcelona. Perdieron 8-0 y tras el partido, Lillo fue despedido. El alumno provocó la destitución de quien fue su maestro años atrás. Solo el futbol, solo el futbol.
¿Dónde está hoy Juan Manuel Lillo?
En 2014 entrenó en Colombia por poco tiempo (al Millonarios) donde por fin, estuvo muy cerca de ser campeón. Sn embargo, decide marcharse siguiendo a Jorge Sampaoli para ser su asistente con Chile y Sevilla. En Junio de 2017, es presentado como nuevo técnico del Atlético Nacional de Medellín, uno de los clubes más importantes de Colombia, sustituyendo a Reinaldo Rueda.