¿Dónde está Luis Ángel Landín? La pólvora que se mojó en Carson.

En México, las promesas surgen en grandes cantidades. Pero realidades, muy pocas. Tenemos esa capacidad máxima de ilusionarnos por el más mínimo detalle. Nos dejamos engañar por el entorno y a veces por nuestra propia vista. Enaltecemos una ilusión óptica y nos desbordamos en felicidad pensando que por fin, nace un nuevo ídolo, sintiéndonos dichosos que esa figura recién revelada, juegue para nuestro equipo.

Pachuca no solamente es la cuna del futbol mexicano. Es una cuna de futbolistas. Dejando atrás las canteras de antaño y abolengo como lo llegaron a ser Pumas y Atlas, ahora Tuzos ha tomado ese lugar privilegiado. La producción de futbolistas desde la llamada bella airosa es abundante.

En 2004 surgió una perla llamada Luis Ángel Landín. El 1,82 metros de altura lo hacía letal con cabezazos certeros dentro del área. El físico ligero que cargaba le daba velocidad y la habilidad para manejar el balón con ambas piernas, más precisión. Era un portento de delantero y joya de exportación.

Un par de años más tarde se consolidó en la ofensiva hidalguense y lo ganó todo. Fue campeón de Liga y de la Copa Sudamericana (título que no ha ganado un equipo mexicano). Jugó 90 partidos y anotó 29 goles. Landín era un terror en el área cuando se enfrentaba a un Pachuca de miedo. De local, visita, amistoso, entrenamiento… Landín le metía gol a todos.

Pasó a Monarcas en 2007. La camisa michoacana le pesó como nunca le había pesado nada en su vida. Solo 7 goles en 51 partidos: la cuota goleadora más baja de su carrera. Por si fuera poco el ocaso de su joven carrera, el fatídico 2008 lo marcó para siempre.

Fue llamado para participar en el Pre Olímpico de Beijing bajo el mando de Hugo Sánchez. Junto a Santiago Fernandez y Enrique Esqueda en la delantera, Landín presenció dentro de la cancha el mayor fracaso recordado. La encomienda era aparentemente sencilla. Tres simples pasos. 1) Guatemala 2) Canadá 3) Haití.

México comenzó empatando a un gol con Canadá. La hecatombe se vino con la derrota ante Guatemala (sí, usted leyó bien… Guatemala). En el último partido, México aún con esperanza de calificar debía propinar una goleada estrepitosa a Haití, lo cual no parecía del todo descabellado considerando la debilidad de los caribeños en lo futbolístico.

México goleó 5-1 a los haitianos. No contaban con que los canadienses iba a hacer lo propio a Guatemala 5-0. Aun así, los mexicanos necesitaban un gol más para tener una mejor diferencia de goles. Ese día, México falló y falló y falló… Atacaban 5 frente al portero, penal fallado, postes… errores increíbles. El equipo de Hugo solo necesitaba un gol. Uno solo. Landín junto a los otros futbolistas, sentenciaron el peor partido de México y se fueron eliminados y ausentes de esos Olímpicos en China.

Landín entonces pasó al Cruz Azul (¿?). Pensarán que fue un desastre… pero no. Incluso firmó el mejor gol de su carrera ahí. Sí, en Cruz Azul. Un “escorpionazo” ante Monarcas, su ex equipo, y le valió  una nominación al premio Puskas. Al final del torneo, cosechó 9 goles en 20 partidos. Nada mal.

Fue a probar suerte a la MLS con el Houston Dynamo. Hizo la misma cantidad de goles pero en 16 partidos. El Altlante lo repatrió. A pesar de que seguía haciendo goles, Landín claramente no estaba ya en su mejor momento. Los intentos de revivirlo por parte de la seguidilla de clubes, fue en vano. En Atlante, no solo jugó poco, sino que por primera vez no hizo gol vistiendo la camisa de un equipo.

Puebla, Querétaro, Tecos… nada. Los signos vitales eran bajos. Muy bajos. EL bajo rendimiento le costó recalar en el Ascenso con Ballenas Galeanas y Zacatepec. Para entonces, el paradero de Landín ya era desconocido y por supuesto, olvidado.

Hace un año tomó la decisión de emigrar al futbol tico. En Costa Rica, ni siquiera formó parte de uno de los llamados “grandes”. Jugó en el Pérez Zeledón. Logró marcar 18 goles en 26 partidos. Para entonces, nadie sabía qué había sido del fugaz paso goleador de Landín.

¿Dónde está hoy Luis Ángel Landín?

Ese buen paso en el Pérez Zeledón, dejó con buen sabor de boca a más de uno en Centroamérica. Y fue entonces que (ahora sí) uno de los llamados “grandes” lo contrató. El Herediano es el tercer equipo más ganador con 26 campeonatos. Es el actual campeón, de hecho. Lo dirige Hernán Medford y el director deportivo es Jafet Soto, ambos viejos conocidos del futbol mexicano (donde se les recuerda para bien y para mal). Luis Landín tiene una nueva oportunidad a sus 31 de revivir su carrera o contar que alguna vez fue llamado a ser leyenda del futbol de un país llamado México.