Surgió de La Masía, lugar donde el sueño azulgrana se forja. Donde chicos sueñan hoy día con ser Messi, Iniesta, Guardiola, Koeman…
Donde la nacionalidad es diversa pero el objetivo es el común denominados. Donde los idiomas son múltiples pero las habilidades convertidas en un solo fin.
Marc Cosas solo tenía 13 años cuando se vistió por primera vez con el azul y rojo histórico de un equipo que no necesita introducción ni explicación. EL Barcelona, lo eligió a él y empezó la ilusión de una carrera que muchos terminan en el camino y otros en la meta. El catalán sustituyó a Iniesta en un partido de copa en 2006 cuando la maquinaria conducida por Frank Rijkaard tenía de comandante a Ronaldinho.
Lionel Messi llevaba ese mismo proceso. Piqué, Fabregas… futbolistas hoy consolidados. Crosas y su ventaja de ser catalán lo llevo unos meses después ahora a debutar en Champions. Pero la complicada posición de medio centro lo llevo un año más tarde al Olympique de Lyon para terminar de formarse y por qué no, en un futuro volver a la anhelada casa tras ganar una Liga y Copa.
Piedras en su camino lo fueron trastabillando hasta caer en tierras escocesas con el Celtic. No lo hizo mal allá hasta el 2010 cuando ganó una copa con el equipo católico. El desconocido futbol ruso le hizo una oferta más hambrienta de juego que de reconocimiento. El furor de unos cuantos meses se terminó y fue entonces cuando México conoció y reconoció a Marc Crosas.
El 13 de enero de 2012, Marc viste con la playera verdiblanca del Santos Laguna. El fichaje del equipo de Torreón proveniente de la cantera del Barcelona sedujo y conquistó a amigos y enemigos en la afición. Cierta envidia rondó por los otros 17 estadios de la Liga Mx. ¿Quién no quería a un futbolista de esa talla en su cancha?
Crosas fue un habitual en el once inicial y pieza fundamental para que Santos ganase el título. En 2014 con el peligro del descenso a la vista para la UDG, el español se convirtió en el estandarte del nuevo proyecto de Leones Negros para permanecer en Primera División. Instauró una extraña cábala para salvarse, dejándose crecer una barba. El resto de sus compañeros le siguió el juego. Los barbones melenudos no lograron el objetivo y Crosas descendió con el resto del plantel.
A pesar de ellos, la buena actuación del catalán lo llevó al Cruz Azul en calidad de préstamo en 2015. Tomás Boy llegó a la dirección técnica cementera y lo relegó a la banca. Una lesión en la rodilla lo sepultó. A pesar de querer salir adelante con las rehabilitaciones, Crosas no era tomado en cuenta por el técnico. Así que decidió volver a su natal España.
Probó suerte con el Tenerife cuando militaba en la Liga Adelante (Segunda División española) pero el futbol y su corazón los dejó en México. Ese gran cariño por tierras aztecas lo impulsó a volver aunque sea al Tampico Madero de la división de plata. El intento de llamar la atención de los clubes de Primera fue en vano. La extraña maldición que rodea al Cruz Azul en cuanto a todo, lo había también alcanzado a él. Marc Crosas dejó siempre todo en la cancha por los colores que defendió y en cambio, esos colores le estaban dando la espalda.
¿Dónde está hoy Marc Crosas?
A sus 29 años, Crosas no tiene contrato con ningún equipo. Apenas el 4 de julio se le venció con Cruz Azul y entonces no recibe paga de nadie. Entrena con sus amigos en cascarillas callejeras. Él espera una oportunidad de donde sea antes que acabe el verano. Le gustaría quedarse en México, país que ama y le ha dado a sus hijos. Pero la realidad es que se le ha negado una oportunidad en donde sea. Tal vez por esa lesión en la rodilla que no le permitió ser el mismo de siempre. Tal vez por el misterio que rodea a Cruz Azul y su estela de fracaso. Crosas quiere jugar. No importa si de azul, rojo, negro o blanco. Pero jugar en una cancha de futbol profesional y no en la calle con amateurs que juegan por simple diversión.