Dicen por ahí que todos tienen en su familia a un familiar incómodo. También se dice que no por ser de familia de artistas, puedes llegar a ser uno precisamente. No debe ser fácil ser primo del mejor futbolista del mundo. Así le sucede a diario a Maxi Biancucchi Cuccitini. Es primo de Lionel Messi. Primo hermano pues las mamás de ambos, son hermanas.
Nació en Rosario, igual que Lionel, pocos años mayor que él. Ambos comenzaron con el gusto por el futbol, pero Lio, como todo mundo sabe, se fue para España buscando mejores oportunidades de vida y Maxi en cambio, se quedó en Argentina para probar suerte. El destino los separó y los guió por caminos tan distintos y abismales que hoy, para Maxi, el éxito de su primo, se ha convertido en una losa muy pesada.
Comenzó profesionalmente en el San Lorenzo de Almagro, pero la falta de oportunidades lo obligó a probar suerte en el Libertad de Paraguay a los 20 años, en 2004. Aunque no tuvo los minutos esperados ahí, empezó a labrar su carrera en el país guaraní. El General Caballero Sport Club le dio su primera gran oportunidad en 2005.
En 3 años jugando en Paraguay fue suficiente para ser reconocido pues Messi aún empezaba su carrera en España. Con el Sportivo Luqueño fue donde se erigió como figura de su club. Logró el campeonato del Apertura 2007, y el Flamengo de Brasil de fijó en él. Ahí conquistó dos Campeonatos Cariocas y el Brasileirao.
En 2010, a sus 25 años, fue fichado por el Cruz Azul. Para ese entonces, su primo Lionel ya triunfaba con el Barcelona. De hecho, ya era considerado uno de los mejores del mundo junto a Cristiano que peleaban palmo a palmo ese título individual. Maxi llegó ya a México con más fama por Messi que por la de su cosecha individual.
Como ya era costumbre, la ilusión enredó a la afición celeste. No por el talento de Maxi pero porque ¡era primo de Messi!. Algo tenía en sus botines. Magia, talento, clase… ¡algo!
Pero su rendimiento no fue el esperado, de hecho, muy por debajo de la expectativa. Jugó 32 partidos, seis de ellos de Concachampions, club con el que sumó cuatro goles en duelos oficiales. Sus lesiones no le permitieron trascender en la institución celeste y Javier ‘Chuletita’ Orozco lo reemplazó.
Alguna vez declaró: “Con Cruz Azul me pasó lo mismo: empecé bien, tuve un desgarre y entró a jugar Javier Orozco, que convirtió cualquier cantidad de golesy llegó a la selección. ¡Yo hago famosos a los demás!”, expresó para el portal de FIFA.com, haciendo referencia también a su primo.
Se marchó al final del Apertura 2010 al Olimpia de Paraguay. En ese país, el talento no le falló. Ganó el Clausura 2011, jugó Libertadores en 2012, y en 2013 regresó a Brasil con el Vitoria, donde se consolidó como uno de los mejores atacantes. En 2014, pasó al Bahía. Descendió y tras 2 años regresó al Olimpia pero no fue lo mismo que en su primera etapa.
¿Dónde está hoy Maximiliano Biancucchi?
En 2017 fichó con el Ceará de la Segunda División de Brasil. No le fue bien disputando pocos minutos y ese mismo año, fue contratado por el Club Rubio Ñu de Paraguay donde actualmente milita en la Segunda División de ese país. Su equipo está ubicado en la media tabla. El apellido es únicamente una forma de identificación entre la sociedad. El talento, es lo que depende de cada individuo y lo que te transforma en estrella… al menos en el futbol.