Dentro de las historias mundialistas hay muchas sumamente fascinantes. Otras de locura así como de angustia. Son muy pocos los que han logrado marcar un hito y que se hablara de eso años, décadas más tarde. Así lo hizo Oleg Salenko.
Fue un año especial. O bien, fue un Mundial especial. Rusia participaba como tal por primera vez (antes era la Unión Soviética) y con las esperanzas de dar a esa nueva nación una gloria como lo mandaba su genética.
Salenko fue convocado a ese Mundial de Estados Unidos tras unos buenos años con el Logroñés (en lo personal) pues el equipo riojano iba de mal en peor dentro de la Liga de España. El grupo para los rusos no era para nada sencillo. Brasil, el eterno favorito Brasil con la poderosa Suecia y la sorpresa Camerún de 4 años atrás.
Rusia no pudo con brasileños y suecos, aunque Salenko marcó el descuento en esa derrota ante Suecia. Cerraba con la también eliminada Camerún. Un partido inolvidable para los libros de historia, para toda Rusia y para él en lo personal. Una brillante actuación de Oleg y Rusia, fueron más que suficiente que golear 6 a 1 a los africanos.
Pasó entonces al Valencia donde anotó 10 goles en 31 partidos, insuficientes para justificar su fichaje y fue transferido al Celtic de Glasgow donde no pudo levantar tampoco. Posteriormente se fue al futbol turco hasta que una lesión lo truncó. Pasó por la Segunda División de España y de ahí al futbol de Polonia.
Era increíble lo que había ocurrido con Salenko. Como si los goles se hubieran salado o acabado esa misma tarde del 94. No pudo consolidarse en ningún otro equipo y a los 32 años se retiró con el Pogon Szczecin.
Desaparecido del mundo del futbol, Salenko se dedicó a negocios y a jugar fútbol playa por Ucrania , donde incluso llegó a ser técnico, pero la crisis económica del 2008 lo golpeó fuerte y el 2010 reapareció ante el mundo. Sí. Tanto, que se dispuso a vender la Bota de Oro que compartió con Hristo Stoichkov por las 6 anotaciones hechas en Estados Unidos 1994.
Un jeque le ofreció mucho dinero por ella y jamás se supo si e sentimentalismo pudo más o la desesperación económica se impuso para saldar las deudas y sacar a flote sus negocios. Salenko fue lo que comúnmente es llamado como llamarada de petate.
¿Dónde está hoy Oleg Salenko?
Hoy vive en Kiev, y a punto de cumplir 50 años, comenta fútbol en televisión, es permanente entrevistado por los medios y juega partidos con la selección histórica. Pero de Urcrania, ya que su padre es de dicha nación.