Qué difícil es asimilar la vida tras un deceso. Y más cuando se trata de alguien tan joven y en un mundo lleno de ilusiones como el futbol. Tras una larga lucha contra el cáncer de pulmón, murió Ezequiel Orozco a los 29 años de edad. Dicha enfermedad se le detectó en noviembre de 2016, mismo año en el que se retiró del futbol profesional, obligatoriamente.
El Cheque, como le llamaban sus compañeros, amigos y familiares, jugó en Necaxa, Jaguares, Atlante, de Primera División y finalmente estuvo con Murciélagos de la Liga de Ascenso, donde actualmente se desempeñaba.
No hace mucho, América y Murciélagos pactaron un amistoso a beneficio de Orozco, concretamente en julio de 2017, en el que las ganancias por las ventas de alimentos y bebidas fueron destinadas para la atención médica del futbolista.
Fueron dos años peleando contra esta enfermedad, donde las batallas se ganaban en unas ocasiones y en otras se perdían. Pero lo que se mantenía intacto, era la ilusión de vivir. Eran las ganas de salir adelante ey triunfar, como todo futbolista desea, en planos mayores. Es por eso, que el futbol mexicano rendirá homenaje al exjugador con un minuto de aplausos en cada uno de los partidos de la Jornada 12 de la Liga MX, en la Fecha 13 del Ascenso MX, y en la J11 de la Liga MX Femenil.
Luego de darse a conocer la noticia, equipos mexicanos y jugadores como Javier ‘Chicharito’ Hernández, expresaron sus condolencias a familiares y amigos del futbolista.
Orozco debutó con el Club Necaxa en el año 2009 en un partido ante Cruz Azul. Jugaba como delantero y el torneo de su debut marcó un gol en 5 encuentros con los Rayos. Para el torneo siguiente, fue transferido al equipo de Jaguares donde permaneció un año; Apertura 2009 y el torneo Bicentenario 2010. Ahí, tuvo buenas actuaciones. De hecho, el torneo de su llegada hizo 5 goles y jugó casi todo el torneo completo. Para el segundo campeonato, no anotó pero era un recambio habitual.
Regresó un año al equipo que lo debutó, el Necaxa y ahí, Apertura 2010 y Clausura 2011, hizo un gol como substituto en ambos torneos. Pasó por el ascenso con el desaparecido Estudiantes de Altamira para volver a Primera con el Atlante, donde tuvo poca participación. Fue entonces cuando se marchó a Los Mochis para buscar regularidad. A lo largo de su carrera jugó 227 partidos y marcó 65 goles en las distintas divisiones.