Para muchos una final adelantada, para otros el mejor futbol que se podía dar y para algunos más, el futbol más vistoso posible. Por cualquier lado se sale ganando. Francia y Bélgica es calificado sí o sí como el duelo más atractivo que se podía dar en cualquier fase. Por la velocidad de sus futbolistas, por la calidad, por los sistemas de juego y por las realidades que presentan, alguna vez promesas.
Es posible que el equipo de Didier Deschamps sea la única selección en el Mundial que puede hacer dos equipos altamente competitivos, aunque los belgas no se quedan atrás con futbolistas de primera como Hazard, De Bruyne, Mertens o Lukaku que representan el aparato ofensivo del equipo de Roberto Martínez.
Francia cuenta con la nueva joya del futbol mundial que desde la temporada pasada es figura, Kylian Mbappé. Griezmann y Pogba se suman junto a Giroud en el ataque de los galos que ha ido de menos a más. Echaron a la complicada Uruguay 2 a 0 que hasta ese momento contaba con la mejor defensiva de la Copa del Mundo. Y en Octavos dieron una exhibición a la Argentina de Lionel Messi 4-3 con contragolpe liderado por el joven francés del PSG.
Bélgica recién echó a Brasil en Cuartos de Final 2-1, en un partido donde sí que fue dominado por grandes lapsos de tiempo aunque supo plantear d buena forma el partido para mantener la ventaja y colarse entre los mejores 4 por segunda vez en su historia. En la ronda de los 16 mejores vencieron a Japón 3-2, reponiéndose de un 0-2 y matando a los nipones a segundos del final con un contragolpe.
El Estadio de San Petersburgo será la antesala para ver si Francia puede llegar a una tercera final en su historia (una ganada y una perdida) o los belgas acceder por primera vz a una. En la Copa del Mundo de México en 1986 se quedó con el tercer lugar de la competencia, curiosamente derrotando a Francia.
«A causa de mi presencia en Francia durante siete años, me siento 99% belga y 1% francés, pero la idea de una nacionalidad francesa nunca se cruzó por mi cabeza», declaró Edén Hazard quien comenzó como futbolista en la Ligue 1.
De ser campeón, Didier Deschamps se uniría a Franz Beckenbauer y Mario Lobo Zagallo, quienes han sido los únicos campeones con su Selección, primero como jugadores y luego como directores técnicos. Deschamps levantó la Copa con Francia siendo sede del Mundial del 98, entonces dirigidos por Aimé Jacquet.
Zagallo fue campeón como jugador en 1958 y 1962, luego como entrenador en México 70, además de como auxiliar en 1994. Por su parte, Beckenbauer era defensa de la Alemania monarca en 1974 y como su entrenador en 1990.