No hay partido, ni minuto siete en el mítico Santiago Bernabéu, que no se coree a unísono el cántico en honor a ‘Juanito’. Una leyenda del madridismo que a pesar de haber fallecido hace 25 años, su imagen y ejemplo siguen latentes en el corazón del Teatro de la Castellana y en el de cada uno de los aficionados blancos que lo vieron jugar. Incluso, entre los que no, porque su historia y símbolo ha trascendido las generaciones.
Nacido bajo el nombre de Juan Gómez González y bautizado por el fútbol como ‘Juanito’, fue un futbolista español de la década de los 70’s y 80’s, un jugador que todo entrenador quisiera tener entre sus filas, uno de los buenos. Su dorsal, era el ‘7’; de ahí que en ese puntual minuto, la afición del fondo sur empieza a cantar lo que a la postre todo el estadio alza en una sola voz: “¡Illa, Illa, Illa, Juanito maravilla!.
De ahí también, que dicho número sea sagrado y emblemático dentro de la casa blanca. Jugadores como él, además de Raymond Kopa, Amancio, Emilio Butragueño, Raúl González Blanco y ahora Cristiano Ronaldo, son otros de los nombres legendarios que han portado el dorsal.
‘Juanito’ era el héroe de las remontadas del Real Madrid, un hombre que no daba un balón por perdido y salía “envenenado” a disputar cada partido porque no le gustaba perder, ni sufrir sin la pelota, ni que le burlaban. Siempre intentando ser limpio, ser ejemplo, ser buen deportista.
El ‘7’ sentía los colores de una manera irracional y poco común hoy en día, donde casi todos se mueven por dinero; ‘Juanito’ no. Él jugaba al fútbol porque le salía del alma, y verlo en la cancha era ver un ejemplo de sacrificio y lucha, no se entregaba nunca, incluso cuando le preguntaron sobre un partido de vuelta en Madrid tras haber caído ante el Inter de Milan 0-2 en Italia, sacó la famosa frase: “90 minuti en el Bernabéu son molto longos”.
Para aumentar aún más su símbolo como jugador blanco, se hace importante recordar que fue uno de los pocos jugadores que descartó al Barça. Los azulgranas le querían cuando jugaba en el Burgos, sin embargo, ‘Juanito’ decidió en 1977 que donde quería jugar era en el Real Madrid.
Con la institución de Chamartín disputó 401 partidos, en los que marcó 121 goles y salió campeón de Liga en cinco oportunidades. Además, ganó dos Copas de la UEFA, una Copa de la Liga y dos Copas del Rey. A nivel individual logró ser ‘Pichichi’ en 1984 y también se le destacó con el premio Don Balón en el año que fichó por el Real Madrid.
Aunque siempre trató de ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha, hubo un episodio en el que ‘Juanito “perdió la cabeza”, y aunque rápidamente existió arrepentimiento de su parte, su conducta tuvo consecuencias que le obligaron a finiquitar su etapa con la elástica blanca.
En un partido de semifinales de la Copa de Europa frente al Bayern Múnich, en el año 1987, ‘Juanito’, “víctima” de su temple y rispidez para pelear cada jugada, fue pasado de revoluciones a enfrentarse a un rival y terminó pisándole la cabeza a otro mito, Lothar Matthäus. Tras la pelea desatada, el ‘7’ blanco declaró que: “Me maldigo y maldigo ese comportamiento tan irracional que he tratado de educar”. Después de ello, ‘Juanito’ se fue del Madrid para emprender una aventura en el Málaga sobre el final de su carrera.
Cinco años más tarde de aquel mal comportamiento en el terreno de juego, el destino le tenía preparada una mala jugada en su contra. ‘Juanito’, que ya estaba retirado y era entrenador del Mérida de la segunda división española, fue a presenciar el partido de Copa de la UEFA entre su Real Madrid y el Torino.
Al volver hacia la ciudad extremeña donde entrenaba, el ya exjugador dormía en el asiento del acompañante cuando un camión que trasladaba troncos de madera se volcó y toda la carga rodó por la carretera, un impacto le quitó la vida de inmediato. Murió sin enterarse, sino, seguramente habría dado la batalla, porque estaba en su ADN luchar hasta el final. Una muerte inesperada que se llevó su cuerpo, no así su espíritu, que aún retumba en el Santiago Bernabéu y entre todo el madridismo.