Es curioso cómo la ley física de «todo lo que sube tiene que bajar» se cumple sin reparo en muchas facetas de la vida. Y como el fútbol es precisamente como la vida misma, dicha ley es aplicable y demostrable también en el ámbito deportivo. Para ser más exactos habría que hablar del extraño caso de Chile; de cómo pasó a ser doble Campeón de América, creerse la potencia del fútbol mundial, y precisamente quedarse fuera de la cita mundialista de Rusia 2018 tan solo dos años después de haberse coronado por primera vez en el continente.
Mitad de año 2015, Copa América en Chile donde el local sorprendería a propios y extraños desplegando un fútbol de alta presión, transiciones rápidas y buena definición. Bravo, Alexis Sánchez y Vidal, lideraron a ‘La Roja’ a conseguir la hazaña de levantar el título por primera vez en su historia. Y qué mejor escenario que hacerlo de local. En aquella Copa América el director técnico de la selección chilena era Jorge Sampaoli, y la sensación de que el fútbol propuesto por su equipo en cada partido maravillaba hasta al rival, era unánime. No obstante, dicha competición no quedó exenta de las polémicas dentro y fuera de la cancha.
Es bien sabido que a la mayoría de los jugadores de aquella selección les gustaba la fiesta a tal punto de la irresponsabilidad, como sucedería con Arturo Vidal cuando estrelló su Ferrari tras salir de un casino y estar alcoholizado. A cualquier otro mortal le habría causado cárcel, sin embargo, al ‘Rey Arturo’ no le pasó más que una factura de llamada de atención, algunas monedas de fianza y su buena labor dentro del terreno de juego hicieron que Sampaoli se viese obligado a seguir contando con él. Eso, fue solo el principio de una debacle que hoy se suscita.
Chile se impuso por penales ante Argentina en un sufrido partido en el que Alexis Sánchez tuvo la osadía y frialdad de definir en el último cobro con un penal al estilo Panenka. Liberando el desaforado grito de los miles de aficionados dentro del Estadio Nacional de Chile y los otros tantos millones que habían fuera de él. ‘La Roja’ logró sacar del camino a Uruguay en un polémico partido en el que la imagen de Jara provocando a Cavani manchó la victoria chilena, y más tarde, otra expulsión en el partido de semifinales contra Perú, fue determinante para que Chile llegase a la final. Sin embargo, estrictamente hablando de fútbol, los chilenos eran los que mejor lo jugaban en ese torneo.
El doblete
Un año más tarde, cuando todos dudaban de la capacidad de Chile precisamente por cómo se dio su primer campeonato de Copa América, ‘La Roja’ tenía la oportunidad de revalidar que nada de lo que había pasado en su casa era casualidad. El territorio esta vez era neutro. Estados Unidos albergó la Copa América Centenario y junto a los actuales campeones de América partían otras selecciones con el mote de favoritas como Colombia, México y Argentina. A las tres las dejó en el camino, aunque ya con otro entrenador, Pizzi, y otra identidad de juego.
Chile le pasó por encima a México provocando un 7-0 inolvidable en ambos países, luego le ganó a Colombia 2-0 en la semifinal para finalmente volver a imponerse en la tanda de penales ante la ‘Albiceleste’ con el triste recuerdo para los argentinos del penal de Messi enviado a la tercera grada del MetLife Stadium de New Jersey. Por segunda vez y ante un rival de tal envergadura, Chile se proclamaba Bicampeón de América sin titubear.
La caída libre
Dicen los chilenos que lo peor que le pudo pasar a su selección fue el 7-0 con México, otros concuerdan en que cambiarían la segunda Copa América por haber entrado a Rusia 2018, y otros tantos creen que lo que provocó todo este nudo que hoy tienen que desatar es haberse creído la potencia sudamericana del fútbol por dos campeonatos conseguidos en la instancia de penales. Lo cierto es que en Chile las cosas no vienen bien de puertas adentro desde hace mucho, y esos dos títulos continentales maquillaron todo el lío.
Apenas horas de que ‘La Roja’ se quedara eliminada en sus aspiraciones por ir al próximo Mundial, la esposa del capitán Claudio Bravo, despedazó en una publicación de Instagram la autogestión de muchos jugadores que preferían «estar de fiesta y llegaban a entrenar borrachos o no entrenaban porque no podían». Entre tanto, un periodista de aquel país también reveló que por el año 2015, Sampaoli advirtió que ‘La Roja’ no llegaría a Rusia porque habían problemas intrínsecos muy graves, el actual seleccionador de Argentina no se equivocó.
Ahora, con la renuncia irrevocable de Pizzi lo que viene para la Bicampeona de América debe tener un trasfondo que limpie desde lo más dentro todo lo que ha dañado su imagen y su fútbol tras esta eliminación. Traer un entrenador que aporte ideas desde el régimen estricto que recupere esas bases que implantó Marcelo Bielsa en su paso por ‘La Roja’, ideologías que deben rescatarse y replantearse para que el planeta fútbol vuelva a disfrutar del juego de esa selección chilena que maravilló a todos.