Probablemente la película animada de “Madagascar” puso a esta pequeña isla al este del continente africano en el mapa mental de mal población mundial. Efectivamente es un país insular situado en el Océano Índico. Fue colonia francesa hasta 1960, cuando fue reconocida su independencia. Su amplia flora y fauna inspiraron a los productores de Dreamworks a realizar varias películas con el nombre de esta isla para mostrar la vida de los animales de forma amistosa y animada.
Es difícil conocer a alguien nativo o residente de Madagascar. Más aún, llegar a este destino. No es muy común tampoco verlos destacar en alguna disciplina deportiva. De hecho, han ido a varios Juegos Olímpicos, pero jamás han conseguido una medalla. Incluso a unos Juegos de invierno, donde tampoco lograron algo importante.
Su deporte, por naturaleza es el futbol, como todos en el mundo. Sin embargo, jamás han participado en una Copa del Mundo. De hecho, no han estado ni cerca de estarlo. Tampoco en una Copa Africana de Naciones. Solamente han participado en los Juegos Índicos, donde han sido campeones 2 veces, en 1990 y 1993.
La liga de futbol, es muy pobre competitivamente hablando. Tanto, que sus futbolistas actualmente seleccionados militan en otras Ligas (que aunque no son de renombre, tienen más nivel) como las inferiores de Francia, Arabia, Suiza, entre otras. Es el 135 en el ranking de la FIFA, siendo el lugar 81, el mejor que ha ocupado en su historia.
Su Liga, como decíamos, es de muy bajo nivel. Prácticamente, con futbolistas amateurs. Explicamos…
Participan un total de 24 equipos. Son 22 Ligas amateurs (por región). Cada campeón va directo a ese torneo final, junto con el vigente campeón de dicho torneo y el campeón de Copa para formar el total de 24.
Desde 1956 se disputa, con nulos reflectores sobre ellos. Hasta que un día de octubre del años 2002, pasó lo impensable y el mundo conoció y miró por vez primera esta Liga de Futbol.
Como cualquier historia de terror de Halloween, inició y terminó un 31 de octubre de 2002, tras el Mundial de Corea y Japón. Se reanudaron las Ligas del mundo, incluyendo esta que en las jornadas finales, tuvo como protagonistas al AS Adema y el SO l’Emyrne.
Días antes, el 29 de octubre, el Emyrne, ya calificado a los playoffs ganaba 2 a 1 al Adema. Emyrne defendía el título y buscaba así el bicampeonato y su segunda Liga históricamente, hasta que el árbitro les arruinó el día… y el torneo (posteriormente). Primero, en este partido marcó un penal muy discutido y dudoso que permitió al Adema anotarlo, empatarlo y acceder a los playoffs.
Un par de días después, sucedió lo impensable. Estos dos equipos volvieron a enfrentarse. Curiosamente el árbitro fue el mismo y aunque el mal augurio estaba, confiaban ambos en un buen arbitraje. Cosa que no sucedió. El colegiado pitó una falta inexistente cerca del área del Emyrne que enfureció y desquició a su técnico. Sin perder el tiempo, furioso e iracundo, reunió a sus futbolistas en la banca y les dio la extraña orden de protestar…¡metiéndose autogoles!
Y fue así…
La rutina la misma por varios minutos. Casi todo el partido, de hecho. Sacaban de media cancha, se dirigían a su arco y anotaban autogol. Esta misma mecánica repetida ¡149 veces! Por supuesto, la clasificación del Adema fue más que clara, pero marcó un precedente, récord y escándalo que dio la vuelta al mundo.
El técnico fue sancionado 3 años sin dirigir gracias a este incidente de convencer a sus jugadores para hacer tal cosa. Fueron 3 futbolistas los culpables más el portero. A ellos, se les expulsó un año de las canchas. Tras investigaciones sobre el tema, el ministro de deportes determinó que por actos de corrupción de la Federación de Futbol de Madagascar con el arbitraje, debía destituir a todos en dicho organismo, cosa que así sucedió. El daño estaba hecho y la historia escrita. Madagascar, en temas de futbol, se le recuerda por ser el país que vivió 149 autogoles, gracias a un berrinche.