Alguna recompensa debía tener el Liverpool. Era de justos que el futbol le devolviera algo de lo que ha hecho en el terreno. Los reds se convirtieron en finalistas de la Champions tras eliminar a la Roma tras una serie llena de goles. Aunque los italianos lo ganaron 4-2, el milagro estuvo lejos de serlo. No fue igual que contra el Barcelona. Los de Klopp siempre tuvieron el control del juego aunque el marcador parezca que dice lo contrario. Dos goles tardíos cuando en la banca incluso festejaban ya el pase.
El escenario infundía esperanza luego de haber sido testigos de una remontada hace unas semanas ante uno de los imposibles, de los grandes… invencible para efectos comerciales. Liverpool pisó el Olímpico de Roma con 5 goles en el bolsillo y la Roma con una deuda de 3 goles si quería el alargue. Para colmo, muy pronto las cosas empezaron a estropearse para los locales.
Liverpool vuelve a una final después de 10 años cuando la ganó en 2005. Source: EFE.
Un mal pase de Nainggolan lo recogió Firmino en el centro del campo, y se construyó un contragolpe que Sadio Mané definiera de maravilla batiendo a Alisson y el 0-1 que mataba casi en definitiva todo intento de sublevo. Pero así como vino circunstancialmente la ventaja de la visita, de igual manera llegó el empate local. Dentro del área, un despeje del croata Lovren se estrelló en la cabeza de Milner y fue directo a su propia portería. Para el cuarto de hora, las cosas ya estaban con un gol por bando.
Los ingleses no se conformaron con el empate. Querían todas las canicas. Por lo mismo, la agresividad que los caracteriza surgió efecto al 25′ cuando tras un córner de Milner y un rechace en el área pequeña, Wijnaldum marcó el 1-2 antes del descanso con la cabeza. No paso nada más hasta el segundo tiempo. De hecho, la Roma pisó el acelerador y encontró el empate nuevamente con Dzeko que aprovechó un rechace de Karius. El bosnio ha marcado en sus últimos cinco partidos de la Champions League.
La Roma necesitaba 3 para mandar el alargue. Eran muchos goles en poco tiempo y fue hasta el 86′ cuando el belga Nainggolan disparó violentamente y el balón pegó en el poste y se metió. El tibio festejo cobró un poco más de furor cuando el penal pitó un penal, peor demasiado tarde. De nuevo Nainggolan al 94′ que sirvió para darle dignidad al pase del Liverpool hacia la final, la cual no pisaba hacía más de una década.