Volvió la Champions League y la lucha entre los equipos más poderosos del continente europeo comenzó en Italia y España. Son los partidos de ida de los Cuartos de Final con miras a Kiev, donde se jugarán los 90 minutos más esperados del año. Reeditando la final del año anterior, Juventus y Real Madrid chocaron en Turín con situaciones muy distintas a las de la final en Cardiff.
Por un lado la vecchia signora, mostraba una solidez más conveniente al echar al Tottenham en Octavos y los merengues con la inercia ganadora de unas semanas hacia acá. La madurez casi plena de Paulo Dybala y el sentimiento emotivo del adiós de Gianluigi Buffon empujaron a la afición local. Los enfrentamientos entre ambos, mostraban una paridad contundente en competencias internacionales, especialmente en esta.
Los papeles cambiaron en insofacto cuando apenas al minuto 3, el portugués Ronaldo ya había puesto arriba en el marcador a la visita y en el camino correcto hacia su octava semifinal de manera consecutiva y pelear por el tricampeonato. Fue el brillante número 7 quien guió a su equipo hacia la luz del triunfo. No hubo titubeos por parte del equipo de Zidane y con un disparo cruzado venció a Buffon.
Juventus no reaccionó mal. De hecho, se dejo venir al arco madridista que contuvo de buena forma el tico Navas. Así el ritmo de toma y daca los primeros 45. Para la parte complementaria, fue el mismo Ronaldo que se encargó de sentenciar la eliminatoria. Emulando a las glorias blancas del pasado; Di Stefano, Sánchez… Cristiano. El portugués se sacó la espina de su mayor deseo, tal vez el único que le faltaba: un gol de chilena.
Qué mejor escenario y ante qué mejor equipo. Lo cantó y gritó sabiendo lo que significaba para él, para su equipo y de paso escuchar su propio ego aplaudirle ante un enmudecido estadio lleno de tifosi. Hasta los grandes héroes tienen sueños. Este, era el de CR7. Hacer una chilena y el destino se lo prometió y cumplió. Marcelo terminó de celebrarlo con un 0-3 contundente que hace pensar, esto ya está cocido.
Bayern no se dejó espantar en España
La mala fortuna del Bayern Munich en antecedentes, no jugaban hoy. Visitó Sevilla con fantasmas españoles rondándole la cabeza pues hacía mucho no sacaba un buen resultado de tierras ibéricas. Pero Sevilla no pudo contra la historia y cayó 1-2 en casa ante el gigante alemán.
Sabotearon la inercia sevillista que había comenzado desde Old Trafford pero no pudieron ante la maquinaria bávara. Se jugaba la media hora del partido cuando los andaluces siguieron sorprendiendo cuando Sarabia remató y adelantó el equipo de Montella. La emoción se arruinó pocos minutos más tardes con un autogol de Jesús Navas desviando un centro del francés Ribéry.
Los alemanes acorralaron en su propio campo al local y los frutos salieron al 68′ con el gol de la ventaja y triunfo. Thiago Alcántara remató de cabeza un pase largo a segundo poste de Ribéry, quien estuvo activo hasta su cambio por Robben. Se acabó el tiempo y para la proeza española se necesitan un par de goles en campo alemán para aspirar a las semifinales por primera vez en su historia.