Se consume de a poco lo que queda de futbol en cuanto a clubes a sabiendas que el Mundial de Rusia está a la vuelta de la esquina. De a poco también, los campeones van saliendo de sus respectivas ligas. Aún quedan por definir varios. En la Premier, el City lo hizo ya pero no por eso dejó de importar lo que queda por jugarse. El Arsenal visitó Old Trafford y Arsene Wenger enfrentó por última vez al United desde el banquillo de los gunners.
Cada uno con sus compromisos; Arsenal pensando en Atlético por la Europa League y el Manchester haciendo lo propio con Chelsea para la final de la FA Cup. Se vivió respeto en el inicio del encuentro cuando José Mourinho guió al francés Arsene Wenger hacia el centro de la cancha donde lo esperaba para homenajearlo Sir Alex Ferguson.
Y con la cabeza en Madrid, el estratega galo hizo ocho cambios respecto al once que empató a uno ante el Atlético y descansó a Koscielny, Mustafi, Monreal, Ramsey, Wilshere, Ozil, Lacazette y Welbeck. Así, Ospina, Bellerín y Xhaka fueron los únicos titulares junto a Aubameyang que no puede jugar en Europa habiéndolo hecho con el Borussia ya esta misma temporada. De resto, comparsa.
Pasaba un cuarto de hora de partido y Paul Pogba se incorporó desde segunda línea para batir a Ospina después de que Bellerin hubiera evitado in extremis el gol de Alexis Sánchez. Al final, el equipo de Mou se puso adelante. Pero el ex red devil, Mkhitaryan se presentó ante su ex afición en el segundo tiempo, y festejó su regreso (estaba lesionado) con un disparo desde fuera del área suficiente para batir a David De Gea y poner el empate a uno de manera momentánea.
El trauma del Arsenal del 2018 (ha perdido todos los partidos que ha jugado de visita) parecía calmarse pero Mourinho mandó al campo a Fellaini que cambió el rumbo del partido. Causa y efecto, el belga fue buscado por arriba a diestra y siniestra hasta que dio en el clavo. Primero el centrocampista se hizo presente junto a Rashford con un gol anulado por fuera de juego pero tuvo la segunda y no la perdonó. Como siempre de último momento y como siempre por arriba. La fuerza aérea del técnico portugués surtido efecto y el local se llevó los 3 puntos que aunque ya no sirven de nada, sí lo hacen para la moral antes de jugar una final y qué mejor… ante Chelsea.