Se dice que una vez que eliges la profesión de futbolista, permaneces como tal el resto de tu vida. En la cancha, en el banquillo o de pantalón largo posteriormente o incluso como visor (scout) o promotor de alguna manera relacionada al balompié. Pero Philip Mulryne no piensa de esa manera.
Normalmente el ser futbolista implica tener una vida de excesos. Así ha sido y lo han demostrado los brasileños, por ejemplo, en mayor parte. Las salidas nocturnas por la fama y dinero que giran en torno al individuo hacen que “pierda el piso” y termine bajando su nivel y rendimiento. Pocos saben manejar la fama.
Fue internacional con Irlanda del Norte en varias ocasiones desde inferiores. Source: Bleacher Report.
Mulryne nació en Belfast, Irlanda del Norte el primer día del año de 1979. Una fecha inusual para nacer en plenos festejos de año nuevo. Pero Mulryne desde pequeño decidió ser futbolista. Y así lo cumplió desde 1992 cuando aún no cumplía 15 años y ya formaba parte de las inferiores de su país. Irlanda del Norte no es un habitual en Copas del Mundo pero sin duda, era el sueño del pequeño Philip.
Jugaba de medio centro y debutó hasta 1996 con el Manchester United, aunque desde 1992 ya se formaba en la institución de los red devils. Para su mala fortuna, coincidió con una generación dorada que dirigía Sir Alex Ferguson. Compartió vestidor con David Beckham, Paul Scholes, Andy Cole, entre otras figuras. A pesar de competir contra lo imposible, logró debutar y jugar… pero un solo partido (y el último de la temporada).
En el Norwich fue donde tuvo el mayor impacto de su carrera. Source: Squawka.
Consciente de la poca cabida dentro de aquel equipo, salió de la institución rumbo al Norwich City en 1999. Lo que sí, es que siempre fue constante con la casaca de su país, donde fue poco a poco completando procesos que le llevó a defender la selección absoluta 27 veces anotando 3 goles como internacional.
Con el Norwich la historia sería distinta. Fue titular y jugó casi siempre las seis temporadas en las que estuvo: 18 goles en 161 partidos. Pero de ahí no pasó ya que la curva descendente llegó en el 2005 con Cardiff, Leyton Orient de divisiones inferiores a la Premier y el King’s Lynn, equipo prácticamente de amateurs donde no vio un solo minuto de acción.
Se ordenó en verano de 2017 sacerdote. Source: Belfast Telegraph.
Se retiró en 2008 y sorprendió a todos un año después cuando decidió comenzar un proceso de ordenación sacerdotal católica (Irlanda siempre ha sido un país fervorosamente católico).
“No me gustó la grandeza de ser un profesional. El dinero, los clubes nocturnos, las mujeres… Todo eso estaba bien con 20 años, pero cada vez me sentía más insatisfecho con mi vida”, confesó Mulryne en una entrevista al diario Times.
En 2016 fue nombrado fraile en Dublin y meses más tarde, diácono. En Julio de 2017 el arzobispo Joseph Augustine Di Noia lo ordenó sacerdote. Un par de días más tarde, oficializó su primera misa en la Iglesia de San Oliver Plunkett, en Belfast. ¿Quién lo diría?
De futbolista a sacerdote. No pasa todos los días y este chico irlandés, cambió la fama por Dios. Source: Andina.
“Me encanta pasarlo bien. Ese estilo de vida me ha dado placer, pero no fue para toda la vida. Me compré tres o cuatro coches en un año porque estaba aburrido y siempre quería más. Nunca fue suficiente. Pensé que ese estilo de vida me iba a hacer feliz”, remató el sacerdote en esa entrevista, que se muestra encantado con la vida que lleva desde este verano y donde seguramente seguirá así.