Vaya pesadilla despertar un día y darte cuenta que eres el peor equipo de tu Liga. Un mal que sufren algunos (no todos), pero que sin duda hasta los grandes han pasado por eso alguna vez. Los sistemas de competencia en Europa y Latinoamérica son distintos.
Es sencillo, en Europa siempre desciende el peor de la tabla o los dos o tres peores (depende de la Liga pero la mecánica siempre es igual) y en algunos países de Latinoamérica, es por tema de porcentajes. El peor de los últimos 5 o 6 torneos desciende por división de puntos por partidos jugados en total.
En España, los tres peores clasificados descienden a la Segunda División. Se cree que los equipos que ascienden de la categoría de abajo son los sentenciados naturales y candidatos a perder la categoría en un año. Normalmente es así, pero existen sorpresas como en todo.
Pero muy pocos tienen la desdicha, no solo de ser últimos generales, sino de ser los peores entre los peores. Le pasó al Sporting de Gijón en la temporada 1997/1998. Los asturianos finalizaron con 13 unidades en 38 partidos. Solo pudieron ganar dos partidos. Por cierto, hasta la jornada 24 consiguieron sus 3 primeros puntos (ante el Racing de Santander, 2-1).
El otro gran fiasco se llama el Logroñés para la temporada 94/95. La diferencia es que las victorias sumaban 2 puntos. Aunque terminó con las mismas unidades que el Sporting años más tarde (de igual modo tuvo sólo 2 triunfos), empató 9 veces y perdió 27 partidos. Para esa temporada, el conjunto de la Rioja echó a 5 técnicos durante la campaña.
Para la temporada del descenso del Sporting, únicamente descendían dos. Lo acompañó Mérida en su calvario. Sin embargo, el conjunto de Mérida peleó hasta el último suspiro el descenso. Además fue una gran diferencia la puntuación (Mérida hizo 39 puntos) quedándose a uno de la “promoción” y a 6 de la salvación.
Los dos triunfos fueron de local, pues como visita perdió 14 y empató 5. Recibió 80 goles en 38 jornadas.