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Telé y Cruyff: El pacto por el futbol gourmet

Johan Cruyff sabía y conocía la exquisitez en el futbol. Telé Santana, era su homologo en el Continente Americano. Ambos trataban de que sus equipos jugaran bien al futbol. Por un lado, el holandés era técnico del Barcelona y por el otro, el brasileño, dirigía al Sao Paulo. Tenían la misma filosofía del balón. Dar espectáculo y de paso, ganar. Uno lo aprendió en la cancha, otro lo aprendió desde fuera.

Cruyff ya había conquistado lo terrenal con el Barça y casi lo hizo con su selección. A Santana no le importara cuantos goles le hiciera, mientras su equipo lograra uno más que el rival. Su juego, fue bautizado como Jogo Bonito, que hasta ahora prevalece. Irreprochable fue su capacidad ganadora en su país. No le faltó mostrar nada. O Casi nada.

Los dos técnicos que mejor hacían jugar a sus equipos eran Cruyff y Santana. Source: Marca.

Cruyff es considerado un poeta con la pelota. Ganó todo a nivel de clubes y desde el banquillo confirmó que pertenecía a la Santísima Trinidad del Futbol. Por su parte, Santana creó una escuela. De ir hacia al frente sin importar las consecuencias. Importa lo no deber al aficionado que paga por ver, que deber dentro de la cancha al rival. De un lado, futbol total, del otro futbol espectacular. Una dinamita de entretenimiento entre ambos.

En 1992 Sao Paulo ganó la Copa Libertadores venciendo en penales a Newell’s luego de empatar 1 a 1 en el marcador global. En tanto, cruzando el Océano Atlántico, Barcelona había derrotado a la Sampdoria por la mínima en la final de la Copa de Europa. Y entonces se dió el duelo que el futbol siempre quiso. Sao Paulo vs Barcelona, en la Copa Intercontinental (cuando aún existía).

El pacto por el espectáculo fue una noche antes. Debían dar al público el mejor partido posible. Source: Marca.

Los dos estilos más vistosos iban a chocar en el lejano oriente. La sede fue en Tokio con el propósito de saber y conocer al mejor equipo del planta. A su llegada, poco antes del 13 de diciembre (día del partido), se dice que ambos entrenadores se reunieron de manera privada para formar un pacto. No un pacto de vencedores o perdedores, ni en contra de la violencia ni las reglas en aquel juego. Fue un pacto de espectacularidad.

Y así lo sellaron. Si algún futbolista se descontrolaba o no respondía al buen futbol que ellos predicaban como religión, lo echarían de la cancha.

Sao Paulo se llevó el título tras vencer a los catalanes 2 a 1 y se proclamó bicampeón de este torneo. Source: Pasión Futbol.

Así lo reveló el ex árbitro Juan Carlos Loustau. Fue en la madrugada del día 11 en un hotel de Tokio. Casi cuatro horas de charla sin pausa habían pasado, muchas tazas de café se habían consumido y el holandés no paraba de fumar, relató Loustau, encargado de dirigir aquella final. Ambos equipos estaban hospedados en el mismo hotel.

«Estaban convencidos de que perder jugando bien no es fracasar y de que en un partido leal, si se respetan los principios que los llevaron a esa instancia, no hay vencedores ni vencidos», declaró Loustau. «Pero en cuarenta años de carrera nada me tocó más como haber participado en esa conversación entre Santana y Cruyff. Fue la cosa más enriquecedora que el futbol me dio” sentenció el argentino.

Al día siguiente, con dos goles de Raí, Sao Paulo venció 2 a 1 al Barça que descontó con Stoichkov y conquistó el título intercontinental. Telé y Johan, no volvieron a verse jamás. Al menos no en una charla tan amena y tan futbolera como la de aquella madrugada. Santana murió en 2006, y el holandés, 10 años después. Pero en el  mundo quedó ese futbol. El de Telé y el de Cruyff. El del espectáculo. El gustoso. El jogo bonito.