La leyenda del ratón y del león: equipos chicos con hazañas grandes.
David y Goliath. El ratón y el león. El fuerte y el débil. Cuántos sinónimos para describir las hazañas más increíbles dentro del futbol. No necesariamente las leyendas son siempre de algún individuo. Las grandes leyendas parten desde el punto de vista anecdótico cuando se logra lo imposible o lo aparentemente ilógico.
El Leicester City fue el último en demostrarle al mundo las inexplicables proezas. En una Liga donde solamente hay derecho para 5 o 6, el pequeño Leicester la ganó en 2016. Fue probablemente la más asombrosa hazaña de los últimos años pues en Inglaterra el poderío del dinero impera sobre la condición de ganar o no un campeonato. El modesto equipo dirigido por Rainieri se enrachó de principio a fin combinando improbables resultados suyos con otros ajenos hasta lograr el tan ansiado primer torneo para los foxes. Dicho sea de paso, con una nómina francamente más baja que la mayoría del resto de los equipos.
Schmeichel Jr., Vardy, Okazaki, Mahrez… una generación irrepetible partiendo de la humildad y finalizando en el éxito. Este tipo de cosas suceden cada nunca. Al Leicester City le tocó y es difícil que lo vuelva a repetir.
También en Inglaterra, alguna vez existió un pequeño que se hizo gigante por instantes. El Nottingham Forest no solo es el escenario de hazañas como la de Robin Hood. Fue un equipo que ganó dos Champions League consecutivamente (1979 y 1980). Incluso se ganó el cariño y aceptación de muchos aficionados ingleses y de paso , extranjeros. Ambas finales las ganó 1 a 0, al Malmo y Hamburgo, respectivamente. La aventura del Forest había comenzado un año antes de ese bicampeonato con el primer y único (hasta ahora) título de Liga. Unos años después , en los noventa, descendería. No ha podido volver a la máxima categoría del futbol británico.
La Champions de 1986 habló rumano. El Steaua de Bucarest logró matar a un gigante llamado Barcelona. Un equipo rumano falto de figuras y grandes nombres pero con un corazón fantásticamente inquebrantable.
Grecia ganó la Eurocopa realizada en Portugal durante el 2004. Venció dos veces al anfitrión y la más simbólica, en la final por la mínima. De hecho, como hemos expresando en Pamboleros en otra nota, Gracia fue la Cenicienta que jamás volvió a brillar a nivel selección. Sigue siendo un cuento de hadas y así se mantendrá, pues los griegos más allá de prolongar esta magia, se volvió tragedia. Mismo caso con los daneses en 1992. Dinamarca ganó la Euro como invitado, pues tomó el lugar de Yugoslavia que abandonó el torneo. Los daneses estaban ya de vacaciones cuando sin haber entrenado, participaron derrotando a Francia e Inglaterra y en la final a los alemanes. Anecdótico donde prolongo su éxito en la Copa del Rey Fahd, que también a ganó.
En Italia, el Hellas Verona rompió la hegemonía de los grandes en 1985. Lo hizo por primera y última vez ese año. A pesar de que más tarde descendió, logró el ascenso posteriormente pero ya sin la misma suerte de ese maravilloso año de 1985. Épico lo logrado por este equipo.
En España hoy más que nunca se disputa una liga de dos. Barcelona o Real Madrid, desde el año 2000, han ganado el 80% de los títulos. Por ahí se coló Valencia y Atlético pero considerados grandes. El Deportivo La Coruña jamás se ha considerado así. Un equipo modesto que últimamente vivió un descenso incluso. A pesar de ello, el fantástico comienzo del milenio lo celebraron con el campeonato de Liga. La temporada 1999-2000, enmarcó una hazaña que ocurriría solamente aquella vez.
Mismo caso en Portugal donde Belenenses ganó en 1946 por primera y única ves la Primeira Liga, hazaña que logró en 2001 el Boavista. Los demás títulos los disputan y poseen Sporting, Benfica y Porto. En Alemania, en la era moderna, el Wolfsburgo ha sido el único capaz de arrebatarle al Dortmund o Munchen, la cima de la Bundesliga, en el 2009.