Ricardo Gareca: El hombre que dejó a Perú sin ir a un Mundial, hoy los regresa a una Copa del Mundo
Hay quien dice que el fútbol es un deporte tan injusto como bello. Otros piensan que aunque no siempre gana el mejor, la vida te da revancha y el fútbol te regresa a lugares donde alguna vez tuviste que estar. Lo cierto es que en conjunto, a lo largo de la historia el fútbol nos ha dejado claro que efectivamente, siempre da revancha y casi siempre es en los mismos o similares escenarios. Algo así es lo que le sucedió a Ricardo Alberto Gareca Nardi, cuando anoche la vida puso todo en su lugar y el fútbol le regresó como entrenador, el Mundial que le había quitado como jugador. Cerrando así el ciclo de una revancha que sabe más a un premio merecido hace más de 30 años.
Transcurría el 30 de junio de 1985 y esa noche el ‘Tigre’ respondería con creces una oportunidad de oro que se había ganado gracias a sus goles y actuaciones partido tras partido en su club. Ídolo en Boca Juniors, justo aquel año del ’85 paso a jugar a River Plate, por lo que el Monumental era su casa cada domingo, y se desenvolvería como tal aquella noche en que Argentina recibía a Perú en un partido de vida o muerte para conseguir la clasificación al Mundial de México ’86.
Gareca, lleno de confianza por su buen momento y capaz de marcar la diferencia en grandes escenarios, se erigió como héroe nacional en el minuto 81 de partido con el gol que metía a Argentina como primera de grupo con nueve puntos, uno más que Perú, que tendría que ir a repechaje y finalmente se quedaría por fuera de la cita mundialista en la que a la postre, Argentina se coronaría de la mano de Diego Armando Maradona como Campeón del Mundo. Ese gol, fue agradecido por todos los argentinos en aquel entonces, pero la injusticia del fútbol y la decisión de Carlos Salvador Bilardo de excluirlo de la lista final, no le daría al ‘Tigre’ la oportunidad de ir a la cita y levantar la Copa Mundial.
Gareca había dejado afuera a Perú, que había estado en el Mundial de España ’82 cuatro años antes y tenía un equipo muy competitivo, sin embargo, ese sería el último Campeonato del Mundo al que los Incas irían hasta la fecha. Alguna vez el ‘Tigre’ declaró que fue el momento más duro de su carrera, pues la ilusión de jugar un Mundial estaba tan latente que parecía muy cerca. No obstante, Ricardo Gareca jamás logró meterse en una lista mundialista como jugador.
Tras su retiro, el ídolo entre otros del América de Cali, de Colombia, se hizo entrenador. Sus facultades dentro de la cancha le permitieron entender el juego de maneras diferentes y con el paso de los años se hizo con una serie de ideas innegociables que transmitía en sus equipos: Tener el balón es lo primero, quien tiene la pelota tiene más posibilidades de ganar. Hacer transiciones rápidas, explotar las bandas y buscar los espacios cambiando el frente o tirando diagonales sin balón desde la propia banda hacia adentro.
Gareca dirigió en equipos como Independiente, Argentinos Juniors, Talleres de Córdoba, Quilmes, Colón de Santa Fe, América de Cali, Universitario, Independiente Santa Fe, Palmeiras y Vélez Sarfield. Allí, en Vélez, fue cuando consagró su idea y marcó la pauta de un estilo propio que había trabajado por años, sacándolos campeones en varias ocasiones. Hasta que le llegó la oportunidad de dirigir a una selección, con un proyecto que él mismo declaró: «era difícil y requería de mucho tiempo de trabajo». Perú apostó por su conocimiento, palmarés y entereza. Gareca respondió rápidamente y a partir de microciclos mensuales con jugadores del medio local, empezó a encontrar talento suficiente para afrontar la eliminatoria más difícil del mundo.
La transformación del juego Inca
Descubrió jugadores que podían plasmar en la cancha su ideología de juego, los potenció y hoy en día están en el plano internacional. Nombres como Christian Cueva, Edison Flores, Andy Polo, Miguel Trauco, Luis Advíncula, Pedro Gallese, Alberto Rodríguez, Cristian Ramos, Aldo Corzo, Renato Tapia, Yordy Reyna, Raúl Ruidíaz, Sergio Peña, entre otros… Crecieron e hicieron crecer el fútbol desplegado por Perú ante cualquier rival, y de la mano de los experimentados André Carrillo, Jefferson Farfán y el capitán, Paolo Guerrero, plantaron cara dignficando una generación que por su estilo de juego merecía más de lo que había obtenido.
A pesar de hacer el mejor juego colectivo del continente americano junto a Brasil, los resultados en la primera fase de esta eliminatoria no llegaban para Perú y al comienzo de la segunda ronda estaban prácticamente eliminados. Tanto como Ecuador estaba clasificada. Así de difíciles y sorpresivas son las eliminatorias en Conmebol. No obstante, un golpe de suerte sobre la mesa de tres puntos otorgados por una demanda de Chile ante la FIFA en contra de Bolivia, le otorgó tres puntos más al cuadro Inca, unidades que les permitieron soñar, renacer y dar un salto definitivo.
A partir de ahí no perdieron más y en la agonía de la eliminatoria lograron meterse al repechaje, dejando a Chile y Paraguay fuera de la pelea por ese cupo. El partido ante Nueva Zelanda no era «pan comido», pero por cómo jugaba y juega Perú, era cuestión de lógica hacia dónde se inclinaría la balanza al final. Prácticamente la ‘Blanquirroja’ jugaba dos partidos «de trámite» si lo hacía con inteligencia, y así fue. En la ida el cambio de huso horario le pasó factura pero sacó el empate, en la vuelta todo fue una avalancha peruana en el Estadio Nacional de Lima. Marcador de 2-o que pudo ser más abultado, y aún sin su capitán, sancionado -aparentemente de manera injusta- por doping, provocó el estallido de un pueblo que hasta hizo saltar alarmas sísmicas. La fuerza de todo un continente para que Perú regresara a un Mundial también se hizo notar y dio resultado.
Así las cosas, la vida siempre pone todo en su lugar, cada cosa donde va y a cada persona donde corresponde. Hace 36 años Perú no iba a un Mundial, hace 32, Gareca le había quitado la oportunidad de ir a la Copa del Mundo de México ’86; desde 2015 se hizo cargo de la selección peruana y la Federación lo aguantó aún con los malos resultados y obtuvo su premio. Hoy, el mismo que los dejó sin Mundial hace más de tres décadas, les ha inyectado en el ADN un fútbol cerca de la perfección, rescatando el espíritu de esa gran herencia de los mejores planteles que tuvo Perú en los 80’s. Así de lindo es el fútbol, así pasó Gareca de villano a héroe, así estará Perú en la Copa Mundial de Rusia tras una eterna espera.