Una aplanadora. Es la descripción perfecta para un partido de ida donde América superó ampliamente a los Pumas y lo goleó en su casa 1-4. Partido raro, sí. Poco habitual ver tres penales en un encuentro, pero así lo decidió el árbitro Luis Enrique Santander quien fue una vez más el protagonista. El Estadio Olímpico Universitario lloró a sus felinos indefensos que nada pudo hacer ante un América aceitado y conectado.
Los de Miguel Herrera ya suman siete juegos al hilo sin perder contra Pumas (5 victorias) y pueden jactarse de estar clasificados a las semifinales salvo una catástrofe en el Azteca.
Los Pumas no supieron superarse y en menos de lo que se dieron cuenta, ya lo iban perdiendo 0-1. El colombiano Mateus Uribe, se internó en el área tras un balón parado y con un cabezazo a centro de Renato Ibarra marcó la ventaja sin que se hubiera siquiera cumplido el minuto de juego. El táctico del gol, como le llaman. Fue precisamente eso, porque América se adueñó del pánico escénico de su rival y lo mangoneó a placer. Controlo las acciones y buscó rápidamente liquidarlo.
Y entonces apareció el show de Luis Enrique Santander. Al 26′ marcó una mano no deliberada de Luis Quintana dentro del área y sin dudarlo, pitó penal que convirtió el francés Jérémy Ménez . Pumas no reaccionó. Continuó el juego en modo zombie y fue entonces cuando lo aprovechó la hoy figura azulcrema, Mateus Uribe marcando un golazo para firmar doblete. Potencia desde fuera del área y a celebrarlo digno de la pintura.
Una primer aparte muy movida que terminó con otro penal. Esta vez para Pumas. Santander señaló un banquito a Nico Castillo dentro del área que el propio delantero chileno convirtió para el 1-3. Para el segundo tiempo, la sensación derrotista del local ya se había apoderado de la grada. Por lo mismo, America buscó echar más limón a la herida. Lo consiguió cuando al 61′ Alfredo Saldívar buscó una pelota que él mismo escupió y derribó a Peralta cuando ambos trataban de hacerse con el esférico.
De nuevo, Santander se llevó el silbato a la boca y pitó el tercer penal de la noche. Una vez más el galo Ménez se encargó de ejecutarlo y poner el 1-4 definitivo a favor de la visita. Miguel Herrera no arriesgó más a sus estrellas y sacó a Cecilio Domínguez, Ménez y a Renato Ibarra para darles descanso.
Ahora la hazaña es para los Pumas quienes el sábado deberán propinar una goleada al América. Deben ganar por cuatro de diferencia para poder avanzar a semifinales pues para su desgracia, el gol de visitante cuenta y en este caso, demasiado.