El partido con más goles en México, no fue una goleada
Contrario a lo que muchos pensaría, no fue una goleada. Así es. El día que en una cancha de futbol se anotaron goles a borbotones, no lo sufrió un portero, un equipo ni un entrenador. Fue un partido loco a decir verdad. Incluso, con el lujo de un penal fallado. Una remontada memorable (aunque no histórica) y hasta autogoles. Festejos de todo tipo. Las gargantas esa tarde se acabaron. Fueron 12 goles, 12 gritos, 12 emociones.
Había pasado un año desde que Brasil venció a Italia en penales en la final del Mundial de Estados Unidos. Donde ciertamente, México seguía dolido por la derrota ante Bulgaria en Octavos por la misma vía. Donde se acercaba el final de los torneos largos para ser lo que hoy es el futbol mexicano: 2 torneos cortos. Fue durante los pocos años que le restaban a Hugo Sánchez dentro del futbol y cuando Tigres era malo y Cruz Azul bueno.
El 31 de mayo en Puebla se jugaba la última jornada, la 38 con La Franja recibiendo al Atlante. Puebla necesitaba sumar para clasificarse vía repechaje, Atlante cerrar el torneo de manera digna, ya eliminado. Unos Potros con Miguel Herrera sin saber el brillante pero turbulento futuro que le esperaba, sin saber Romano de sus crisis como técnico, Cantú lo que le esperaba como directivo de Selección Mexicana ni el campeonato que le esperaba al Profe Cruz con esa misma camisa.
Mismo caso en Puebla donde Siboldi resguardaba la portería. Hoy líder con Santos desde el banquillo, Poncho Sosa y un juvenil Rodrigo «Pony» Ruiz, entre otros. El pitazo inicial fue justo a medio día en un lleno Estadio Cuauhtémoc que vio cómo a los 20 minutos su equipo se adelantaba en el marcador con gol de Milton Queiroz «Tita», ahora con Puebla y quien había brillado hasta la idolatría con el León por 4 temporadas.
Casi de inmediato, 5 minutos después, Ruben Omar Romano fue asistido por Gastón Obledo para marcar el empate a un gol. Puebla necesitaba al menos el empate, pero un triunfo le daría mucho más opciones de clasificar y no depender de otros. Así que se fue al frente y al 30′ encontró la ventaja con el tanto de Arturo Álvarez. Poco antes de ir al descanso, Jorge Salas empató de nuevo el marcador para la causa atlantista.
Para la segunda mitad, Wilson Graniolatti puso por primera vez arriba a los Potros a los 10 de haber iniciado el complemento. Los nervios invadieron al local y producto de eso fue que 4 minutos más tarde, un autogol de Alexander Pimentel le dio más ventaja al Atlante. Al 75′ Luis Miguel Salvador parecía sentenciar el encuentro con su gol y el marcador ya estaba a favor de los azulgranas 2-5.
Fue entonces cuando lo más emocionante llegó. El propio brasileño Tita acercó a diez minutos del final al Puebla pero ya sin ánimos que vio mermado su estado cuando al 82′ Graniolatti parecía poner sentencia condenatoria al encuentro con el 3-6 en el marcador y 8 minutos por jugar. El heroico Puebla se fue con todo al frente haciendo los cambios necesarios desde el banquillo y dentro de la cancha. Un minuto después del gol visitante, Alexander Pimentel se limpió la honra haciendo el 4-6. El local se fue al frente sin importar la defensa y a dos minutos del final, Ali Fernández marcó el 5-6. Y un minuto después Marco Sánchez Yacuta culminó la apoteósica remontada poblana.
El marcador final: 6-6. El partido donde más goles hubo alguna vez en el futbol mexicano. Puebla clasificó al Repechaje chocando con Veracruz y clasificó a Cuartos donde se topó con América que lo eliminó.