Isidro Lángara: La primera “bomba» del futbol mexicano

Billetazos y más billetazos es el común denominador hoy día dentro del futbol. Acabamos de presenciar el traspaso de Neymar al PSG por la máxima cifra jamás pagada por un futbolista. El mercado esta total y absolutamente desproporcionado. Es cierto que la mercadotecnia juega un papel fundamental dentro todo este remolino de fichajes. Pero ya no es medible la calidad de un jugador. Se salió de control el mercado del futbol y claro, los principales perdedores son los clubes pequeños.

El futbol mexicano se profesionalizó hasta 1943, muchos años después que países como España o Inglaterra. Con esto, el atractivo de venir a jugar (no como ahora) de muchos extranjeros. Sin embargo, existió un tipo llamado Isidro Lángara con un peculiar romance entre él y las porterías. Posiblemente el futbolista de esa época con mejor puntería y efectividad.

Nativo de Pasaia, perteneciente a Guipuzkoa. Vasco de corazón y nacimiento aunque inició en el Real Oviedo donde anotó 142 goles en 132 partidos. Por cierto, hablando de efectividad, jugó 12 veces para España y anotó 17 goles, récord que hasta hoy existe y luce francamente imposible de batir.

La Guerra Civil Española estalla y lo obliga a mirar más y mejores opciones. Primeramente por la disolución de la Liga allá y por su propia seguridad, aunque peleó en el frente de batalla. Jugando para la selección de Euzkadi, realiza una gira en el continente americano y fue cuando Lángara decide dar un golpe de timón en su vida.

Después de jugar algunos amistosos en Cuba, lo enamora México. La selección se vuelve entonces el Club Deportivo Euskadi y se inscribe a la liga mexicana (la cual aún no era profesional), donde jugaban un par de equipos formados por exiliados españoles a causa de la guerra.

Una vez finalizada la guerra en España, Lángara decide no volver y en cambio formar una nueva vida dedicada al futbol en América. Al disolverse su equipo, Lángara comienza a cobrar por jugar, pero al no ser profesional aún el futbol en México, decide emigrar a Argentina convencido por un amigo suyo, para jugar con el San Lorenzo de Almagro, equipo querido por muchos inmigrantes paisanos suyos.

Isidro Lángara la rompió como comúnmente se dice. Aunténticamente, la rompió. Anotó 110 goles en 121 juegos y consiguió el título, desbancando la hegemonía que tenía el River Plate. Fue entonces cuando nació un nuevo reto para el español. México por fin tuvo la profesionalización tan querida y deseada y él, vivir en dónde se sintió identificado.

Isidro Lángara se enroló con el Real España. Anotó 27 goles en su primera temporada, obteniendo el título de goleo y la Copa. Al siguiente año marcó 38 veces, y aunque no conquistó el título de goleo, su equipo salió campeón de Liga. Sin embargo, para el siguiente año, las 40 anotaciones le valieron de nuevo ser campeón de goleo individual. Se fue con 105 goles en 68 partidos, en solamente 3 temporadas. Una cifra que hasta el día de hoy, maravilla a cualquiera.

Luego de maravillar y hacer lo que quiso con el futbol de México, Lángara regresó a España para retirarse con el Real Oviedo, donde a pesar de su edad, logró finalizar con 23 goles ese par de temporadas y se retiró.

Luego de dirigir a varios equipos (incluido el Puebla de México) murió en su región a los 80 años en 1992.

Isidro Lángara bien podría ser hoy la bomba que le llaman a Gignac o Keisuke Honda. Lángara fue el fichaje de lujo que nadie vitoreó ni anunció. Isidro Lángara fue la estrella que la mercadotecnia no conoció, y la figura que el espectáculo adoptó pero jamás presumió. Isidro Lángara es el fichaje bomba que nadie nunca vio.