El escándalo mundialista de los 10 goles
Lo que sucede en una Copa del Mundo, bueno, malo, escandaloso o glorioso, queda enmarcado en la eternidad. El festejo de Argentina en 1978, el gol de Maradona en 1986, las tragedias holandesas en 3 finales, el brazo roto de Beckenbauer, el “Maracanazo”… todo. Las historias de este torneo permanecerán siempre en la memoria humana y por años en los libros de historia.
Hubo una vez una goleada. Pero no fue cualquier goleada. No fue cualquier partido y no fue cualquier momento. No solamente ha sido el único marcador de escándalo en una Copa del Mundo, sino también la reflexión entre la evolución de un futbol y el rezago de otro.
El mundial de España 1982 llegó con un formato de 24 selecciones participando por primera vez gracias a la ampliación de cupos con Confederación. En esta ocasión, hubo representación de todos los continentes del planeta. Curiosamente por parte de la Concacaf, no asistieron las supuestas selecciones más poderosas de la zona y en su lugar, Honduras y El Salvador fueron la representación.
Argentina llegaba tras haber ganado su propio mundial 4 años antes con Mario Kempes como figura y era colocada en un difícil grupo con El Salvador, Bélgica y la histórica Hungría.
Los centroamericanos llegaron con muchas dificultades. De hecho, arribaron apenas unos días antes de su partido de debut ante los húngaros. El país atravesaba una crisis social y política donde se había desencadenado un conflicto bélico que incapacitaba a El Salvador de prepararse adecuadamente para una Copa del Mundo. Sin embargo, no fue posible y la selección viajó a España para enfrentar su primer partido.
Entonces el 15 de Junio de 1982 en Elche, se plantaron ambas selecciones, tanto la de Hungría como la de El Salvador con la sorpresa previa de la derrota de la campeona Argentina a manos de los belgas por la mínima diferencia. Por el lado europeo, no era la temible Hungría de años anteriores con Kocsis, Puskas y Czibor y los salvadoreños tenían en sus filas al mejor jugador de su historia, “Mágico González”.
De cualquier manera la hecatombe comenzó a gestionarse desde temprano pues no habían transcurrido ni 5 minutos cuando Hungría ya ganaba 1 a 0. Para el medio tiempo, el marcador no era aún escandaloso: 3 a 0 y con la esperanza sino de ganar, de empatar o de dignificar el marcador.
Pero no fue así. El comienzo del segundo tiempo trajo dos goles más. Con el marcador 5 a 0, Luis Ramírez Zapata hizo el tanto del orgullo pero la no tan esperanzada remontada. Sin embargo Hungría vino como vendaval de nueva cuenta y anotó otros 5 con 10 minutos por jugarse. László Kiss anotó 3 goles. El partido finalizó, las caras largas salvadoreñas fueron evidentes pues acababan de consumar la goleada encajada más grande de la historia.
Se cree que este accidente fue presa del pánico escénico pues los otros dos partidos que disputó El Salvador, tan solo los perdió 1-0 y 2-0 (ante Bélgica y Argentina respectivamente). Por su parte, Hungría no clasificaría a la siguiente fase (increíblemente) luego de perder 4-1 ante Argentina y empatar a un tanto con Bélgica. El Salvador, por a goleada recibida, fue el peor equipo del mundial de España 1982, que a a postre ganaría Italia venciendo en la final 3-1 a Alemania.