El imperio Pozzo, edificado desde una pelota de futbol.
El apellido Pozzo retumba por toda Italia. Es un apellido de peso que se ha transformado en alcurnia. Es un apellido que le dio mucho a esta nación. Vittorio Pozzo ha hecho a Italia el único bicampeón mundial (1934 y 1938). Pozzo logró los títulos de las Copas del Mundo en Francia e Italia cuando la historia del futbol internacional estaba siendo contada por primera vez.
Pero ese es harina de otro costal como se dice comúnmente. No es ese el apellido Pozzo al que nos referimos. Simplemente queríamos remarcar la grandeza de esas 5 letras. El Pozo del que hablamos, es de cifras y negocios. De Giampaolo Pozzo. Un empresario nacido en Údine, que a sus 76 años ha conquistado el mundo de la metalurgia junto a su hijo Gino.
Giampaolo vive de cerca el futbol como todo italiano. Como buen tifosi lo sufre, lo llora y lo goza. Más aún si su ropa se tinta de negro y blanco. Cuando más se ama, es cuando más fuerte es el compromiso. Por lo mismo, Giampaolo encomendado su nueva petición a San Fortunato, decidió invertir en el equipo de sus amores: el Udinese.
Fue en un 1986 cuando los adquirió. Vale la pena decir que el equipo estaba enrolado en temas de escándalo y descenso. Pozzo los salvó con jugadores claves y desde entonces ha asumido la presidencia del equipo, hasta la fecha (es el más longevo de toda Italia en ese puesto). Las esperanzas se acrecentaron, pues el equipo nunca había ganado un scudetto. Lo mas cercano fue en 1955 quedando en segundo lugar.
Fue entonces cuando Pozzo decidió cambiarle la mentalidad no solo a la institución, sino a los habitantes de Údine, una cuidad que hoy no rebasa los 100,000 habitantes. Decidió convertir en modelo de negocio al futbol. Entonces, decidió que la mejor manera de financiar a un equipo sin historia de éxitos era con la formación de jugadores para exportar. Algo así como lo hace el Ajax desde muchos años atrás. Fue por eso que junto a su hijo Gino, quien asumió el rol a mediados de los 90, comenzaron con esta travesía.
Enfocarse al negocio del futbol era más importante que los mismos campeonatos. La afición lo entendió de esa manera y lo aceptó. Su fórmula es establecer una amplia red de visores por todo el mundo que fichan futbolistas jóvenes y con proyección. Algunos llegan para quedarse a jugar con el Udinese pero la mayoría son cedidos a sus otros equipos o a entidades con las que se alcanzan acuerdos.
Nombres de suma importancia como el de Roberto Sensini, Oliver Bierhoff, Amoroso, Iaquinta, Muntari, Quagliarella Di Natale, Cuadrado, Inler hasta llegar al caso particular y más sonado de Alexis Sánchez, quien fue vendido al Barcelona por casi 50 millones de euros. Siqueira, lateral brasileño, es otro buen ejemplo. Entonces, la oportunidad no solo llegó con ese equipo, sino que quisieron y lograron esparcirse por toda Europa.
La ambición por crecer llegó a tal magnitud que compraron al Watford de Inglaterra y tienen en sociedad con empresarios españoles al Granada. Ambos equipos lograron el ascenso en sus respectivas ligas (hoy el Granada está de nuevo en Segunda) y se mantuvieron sólidos en sus respectivos máximos circuitos. De hecho, Watford se encuentra en los puestos de arriba de la Premier.
El negocio hoy de los Pozzo, en el futbol, asciende a muchos millones de euros. El valor de mercado hoy del Udinese es de 74,8 millones de euros. El Watford de 151, 5 millones de euros y el Granada de decreció a 27, 5 millones de euros (que hasta hace un año se duplicaba en valor por pertenecer a la Primera División). Ahora no solo el Udinese forma jugadores, también lo hacen estos otros dos equipos. De hecho, entre estos 3 se pasan jugadores para que tengan ritmo, minutos y fuelle y así en el futuro, ser vendidos a un club de renombre tal como sucedió con Alexis, quien en su momento, a Giampaolo Pozzo le costó 3 millones de euros. Hoy, el futbolista chileno está valorado en casi 70 MDE.
El modelo de negocio de los Pozzo ha sido tan eficientemente envidiable que muchos en el mundo han tratado de copiar. El caso más cercano que existe en Latinoamérica es el de los Martínez, quienes son dueños de Grupo Pachuca, con los Tuzos, León, Everton de Chile, Talleres de Córdoba de Argentina y otros dos equipos mexicanos en divisiones inferiores.