Lo curioso: Los botines de fútbol están siendo cada vez más perjudiciales para el jugador
Sin lugar a dudas en todo trabajo hay herramientas que son no solo indispensables, sino que además, deben ser de la mejor calidad posible para que logren funcionar como debe ser. Dichos utensilios tienen la obligación de cumplir con el deber de la labor bien hecha, pues de ello depende que el trabajador pueda realizar su labor de la mejor manera.
En el fútbol y en cualquier deporte de alta competencia, además del propio cuerpo, existen herramientas de vital importancia que sino son de la mejor calidad pueden producir problemas que van desde lo más grave hasta lo más sencillo de solucionar. En el caso del deporte rey, los utensilios quizás más importantes para cada jugador son los botines que utilizan partido a partido para desempeñar su fútbol; y si estos no son lo suficientemente te confortables o diseñados de manera que se adapte a lo que el cuerpo del jugador necesita, puede derivar en lesiones o molestias.
Esto último ha sido el caso de algunos futbolistas recientemente, llegando a ser el más polémico el caso de Marouane Fellaini, quien ha presentado una denuncia ante la marca deportiva New Balance, a la que le reclama la suma de 2,3 millones de euros asegurando que durante la etapa que promocionó dichas botas arrastró varias lesiones que le causaron «daños considerables por la mala calidad» de las mismas.
El centrocampista belga tan solo promocionó la estadounidense durante seis meses de un contrato de cuatro años, y ahora, según la prensa inglesa, Fellaini espera que se le indemnice por los daños causados.
Otros casos
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Entre tanto, el caso del mediocampista del Manchester United no es el único de los jugadores que empiezan a tener problemas con sus patrocinadores y los nuevos diseños que salen. El fin de semana pasado vimos como Sergio el ‘Kun’ Agüero salió a la cancha con unas relucientes botas doradas de la marca Puma, como símbolo de su récord tras convertirse en el máximo anotador de la historia del Manchester City.
El delantero argentino tan solo aguantó medio tiempo con sus lujosos botines y para la segunda parte volvió al modelo anterior con el que evidentemente se sintió mucho más cómodo. Aunque esa imagen en que los jugadores cambian de botas durante un partido porque no se terminan de acomodar con las nuevas, es cada vez más recurrente. Y prácticamente todo se debe al marketing.
Otro caso que se pudo presenciar este fin de semana fue en el clásico de Alemania entre el Bayern Múnich y el Borussia Dortmund, cuando el defensa del cuadro bávaro, Matts Hummels, decidió salir a jugar con unos botines Adidas que traían la punta rajada. El central alemán explicó luego que había tenido que cortarlas porque era insoportable la forma en que le apretaban que le estaban provocando rozaduras. “Tengo dolor en los dedos y el objetivo era que no sentir presión”, dijo Hummels.
Lo cierto es que parece ser que las grandes marcas no están teniendo del todo un trabajo que agrade a todos los futbolistas, en especial a los de élite. Hay casos como el de Gareth Bale que la temporada pasada jugó muchísimos partidos con unas botas que habían salido hace meses porque los nuevos modelos, que se sacan cada tres o cuatro meses por puro marketing, no le hacían gracia ni en su comodidad.