Clásico rojinegro para regalarle a Rafa Márquez

Rojo, negro, rojo, negro… y así sucesivamente. La grada estaba inundada de esos dos colores. Los primeros que vistió Rafa Márquez cuando batió una pelota por primera vez como profesional y los últimos que vestirá cuando ponga esa pelota en reposo. Mejor escenario, no pudo haber. Salvo un campeonato, que lo han intentado cientos, miles posiblemente. Atlas venció 1-0 a Chivas en el Estadio Jalisco. El resultado es lo de menos, el motivo era lo esencial; Rafa Márquez deja el futbol.

Para muchos un guión de película que terminó como debía ser; ganando, gustando y con el líder ovacionado. La parte chata de la historia es que el resultado no sirve para nada, ya que ambos conjuntos están eliminados y lo estaban desde hace días. Como sea, para Márquez fue especial. El ídolo mexicano lo ganó todo a donde fue. Francia, España, incluso de regreso a México con el León. Qué tortura tenerte que ir del futbol sin lograr algo con el equipo de tus amores.

Hoy le dijo adiós a La Fiel, pero la siguiente semana en Pachuca, colgará las botas.Desde que saltó a la cancha, fue recibido por unos niños con playera blanca, que portaban el «4» en la espalda. El dorsal de sus amores, de su suerte… el que tanto le dio y acompañó por esta larga travesía llamada éxito. Aunque fue el «27» el que llamó la atención de muchos. Con ese número debutó en 1996 ante Pumas, lo que no muchos recuerda.

En la tribuna, una enorme manta con la imagen del michoacano portando la playera rojinegra, apareció. Aunque seguirá como atlista (a nivel directivo), no volverá a ver a la afición de frente, cara a cara, de abajo hacia arriba, de cancha a grada.

¡Olé, olé, olé! ¡Rafa! ¡Rafa! 🎶 4️⃣🇲🇽 pic.twitter.com/0WJSOv4TlE

— Atlas FC (@atlasfc) April 21, 2018

El partido inició como cualquier intensidad digna de un derbi. Con las aficiones compitiendo por ver la garganta más a tope y con los futbolistas tratando de hacerse daño desde el primer silbatazo.  Apenas corría el primer minuto de juego, cuando Edyairth Ortega anotó el 1-0, tras empujar un balón cedido por Milton Caraglio.

Chivas mandó casi un cuadro repleto de jóvenes. Alternativo pensando en Toronto y la final de Concachampions. La falta de experiencia y temple les pesó en los minutos iniciales pero las enseñanzas de la cuna que reciben cuando se enfrenta al Atlas, afloraron. Para la media hora de partido, todo estaba parejo ya con excepción que el Guadalajara ya lo iba perdiendo.

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La dinámica cambió con el pasar del tiempo. Atlas atacaba, Chivas defendía, Atlas esperaba, Chivas ofendía… Pero fue Rodolfo Cota quien de un lado lució más que del otro. El arquero chiva salvó su marco en repetidas ocasiones. El marcador no se movió y vino entonces el momento cumbre del partido.

Minuto 93 de acción, el electrónico del cuarto árbitro avisaba el «4» en rojo. Cambio que solo sirvió para la ovación. Para que incluso aficionados de Chivas, se pusieran de pie para aplaudir. Los gestos que da el futbol… las bondades que regala la pelota.