¿Dónde están los campeones de la Sub 17 del 2011? Una generación entera, echada a la borda.

Inolvidable aquel verano de 2011 cuando 23 chamaquitos hicieron la hombrada una vez más (como en el 2005) y le dieron a México su segundo campeonato mundial en esta categoría, ahora frene a Uruguay en el Estadio Azteca. Un mundial celebrado en territorio azteca. No podía ni debía salir nada mal. Al final, con el final feliz incluido, no faltó el aficionado eufórico (entre esos, nosotros) quien auguró un destino envidiable en esta carrera llamada fútbol.

Con el reciente triunfo de Alemania en la Confederaciones (y en el mundial, y en el europeo sub 21 y la medalla de plata en Río 2018 y… donde le quiera pensar) nos hace meditar acerca de los procesos en el futbol mexicano. Tratamos de recordar y bien, de comparar, dónde están estos chicos que llegaron a la gloria hace ya 6 años.

Nos pusimos como tarea investigar dónde andan porque sí que nos percatamos que algunos alemanes que triunfaron tanto en Confederaciones como en la medalla de plata en los Juegos Olímpicos, jugaron aquel mundial, donde por cierto, sucumbieron ante México en la semifinal.

Iremos al menos recordando los titulares por posición….

Richard Sánchez: El portero de aquella selección (nacido en Estados Unidos) militaba entonces para el FC Dallas. Una vez terminado el mundial, fue transferido al Fort Lauderdale Strikers de la NASL (algo así como la segunda división de Estados Unidos) donde jugó 14 partidos. Posteriormente, fue llevado a los Tigres. No tuvo participación. Regresó a Dallas y tampoco participó. Hoy se encuentra como suplente del Tampico Madera del Ascenso MX.

Antonio Briseño: El tapatío fue el capitán esa copa. Anotó gol en la final y el futuro para él. pintaba excepcional. Surgido de la cantera del Atlas, Briseño regresó con los rojinegros para solo ser utilizado en la Copa. Pasó a los Tigres, donde la poca actividad le impidió asistir a los Juegos Olímpicos de Río. A pesar de ello jugó la final ante Pumas, donde salieron campeones. Sin embargo fue traspasado a Juárez FC del Ascenso y de ahí al Veracruz, equipo que le dio oportunidad de jugar regularmente como cambio.

Carlos Guzmán: El lateral michoacano surgido de la cantera de Monarcas, peregrinó por el Ascenso con Toros Neza y San Luis donde jugaba regularmente. Siguió con ese ritmo hasta volver a Monarcas y Tijuana donde se consolidó como titular varios partidos. Hoy pertenece a León donde ve actividad frecuentemente.

Jorge Caballero: Pertenece a Monterrey. El defensa regiomontano debutó en la Liga Mx hasta el 2014 ante León. Jugó un partido más y la llegada de los extranjeros lo marginó a jugar Copa (y apenas). Solamente tienen 2 partidos oficiales en Primera en su carrera. Milita aún con los Rayados, en la Segunda División.

José Tostado: Fracasó en Chivas, Tigres y deambuló por el Ascenso con Irapuato, Correcaminos y Murciélagos. Jamás se consolidó en ningún equipo. Los problemas extra cancha acabaron con su carrera. Su padre fue arrestado por secuestro y asesinado en la cárcel. Jamás despuntó.

Alfonso González: Probablemente el más destacado (a medias). Logró debutar con el equipo de su formación, el Atlas. Incluso llegó a ser el jugador más querido por la afición rojinegra. Titular indiscutible. Un penal fallado en el último minuto en un clásico ante Chivas fue el comienzo del ocaso de su carrera. Fue traspasado a Monterrey, donde es banca.

Jonathan Espericueta: El futbolista formado en Tigres no contaba con el Tuca Ferretti. Él mismo decidió buscar suerte en Europa con el Villarreal B. La poca participación que tuvo en el viejo continente lo obligó a regresar cabizbajo a la institución felina donde le siguieron negando actividad. Tendrá a partir del siguiente torneo, una nueva oportunidad en el Ascenso con San Luis.

Paco Flores: El cruzazulino no ha podido aún debutar en Primera. Pasó a Pachuca donde jugó Copa, fue transferido a Coras de Tepic en el Ascenso y ahora regresa a Cruz Azul para tratar de lograr por fin, debutar en el máximo circuito.

Kevin Escamilla: Aunque tuvo que esperar cuatro años, el canterano de Pumas por fin debutó. Lo hizo ante Santos en 2015. Se forjó con la Copa y torneos de inferiores hasta que los últimos dos torneos fue tomado en cuenta por Paco Palencia donde es un habitual recambio.

Marco Bueno: Fue de los muy pocos que debutó rápido en Primera. Lo hizo 3 meses después del campeonato mundial sub 17. Sin embargo, Pachuca lo cedió a León. De ahí, pasó por Tecos, Toluca, León, Chivas y ahora Monterrey. Ya debutó incluso en Selección mayor. A pesar de ello, no tiene la regularidad deseada. Es cambio recurrente.

Carlos Fierro: Otro que no le ha ido del todo mal. Salió de Chivas sin embargo tuvo que ser cedido a Queretaro una temporada ante la falta de minutos. Si bien no es titular indiscutible hoy en Chivas, goza de una regularidad de minutos en el equipo. La ventaja al ser Chivas un equipo donde solo pueden jugar mexicanos, Fierro tiene la oportunidad de tener esa constancia que sus demás compañeros no han tenido.

Bonus

Julio Gómez: Se le recuerda por el gol de chilena ante Alemania en la semifinal con la cabeza vendada a causa de un golpe. Lo apodaron “La momia”. Se llenó de fama gracias a esa maniobra. Salió de Pachuca, sin embargo fue cedido. Ni en Chivas, ni en Correcaminos, ni en Cafetaleros, ni en Chiapas, hasta Coras , donde hoy juega, ha tenido juego. A pesar de que es otro que debutó meses después del campeonato mundial, pareciera que Pachuca lo hizo por cumplir o bien como premio. No ha vuelto a jugar en Primera División y los tuzos no tienen la intención de darle juego. Por ello, Gómez no puede jugar en otro equipo por el “pacto de caballeros”. Su destino está y estará en el Ascenso o en el extranjero.

En resumen, los únicos juveniles campeones de hace seis años que permanecen en Primera División y son un poco más constantes en el fútbol profesional son: Carlos Fierro, Alfonso González, Carlos Guzmán, Marco Bueno, Antonio Brizeño y Kevin Escamilla. Solamente 6 de 23, lo han logrado. El resto, mira cómo sus carreras se van poco a poco empolvando hasta llegar al olvido.