¿Dónde está Rivaldo? La magia, el talento y la clase de una generación inolvidable.
Es debatible preguntarse: ¿Cuál Brasil fue mejor: el de los 70s o el de los 2000s? ¡Qué pregunta! Unos fueron campeones con Pelé al frente arrasando el Mundial de México y goleando en la final a Italia que tenía también un plantel envidiable. La otra, Campeona Mundial de Corea y Japón con una ofensiva tétrica comandada por Ronaldo, Ronaldinho, un muy joven Kaká, Denilson y claro está, Rivaldo.
Aquel Brasil con Roberto Carlos y Café por las bandas, volaba. Ese Mundial de Corea y Japón, lo ganaron con los ojos cerrados ganando los 7 partidos disputados incluida la inédita final ante Alemania 2 a 0. Rivaldo era pieza fundamental en esa selección que también ganó una Copa América y una Confederaciones.
Originario de Recife, desde pequeño pateaba el balón por las paredes de las favelas sufriendo desnutrición. A finales de los 80, su talento lo llevó al Paulistano, equipo en el que el zurdo fue bien visto pero con poca confianza hacia él. La muerte de su padre resultó de gran impacto para él y trabajo duro para convertirse en profesional. Ser futbolista y ganar dinero, era la esperanza de toda su familia y con el peso encima de salir adelante junto al resto de sus seres queridos.
Llegó en 1991 al Santa Cruz (desde que se convirtió en profesional, fue tomado en cuenta para las inferiores de la canarinha) y al año siguiente rindió frutos con el Mogi Mirim, donde jugó hasta 1994. Anotó 10 goles en 30 partidos y atrayendo la mirada de los visores de los grandes equipos, en poco tiempo ya se lo peleaban. Tras pasar con el Corinthians a préstamo y luego al Palmeriras, en 1996 convirtió su sueño realidad. Pasó al futbol de España con el Deportivo La Coruña.
Con el club gallego impactó desde el primer partido. Solamente estuvo una temporada, suficiente para llamar la atención de los grandes. Anotó 21 goles en 41 encuentros. Al Depor le había costado 6 millones de euros. Nunca antes habían pagado tanto por un futbolista. Valió la pena al final.
La directiva estaba feliz con él y entusiasmada por lo que podría ser capaz de hacer los siguientes años junto a su compatriota Djalminha. Pero vinieron entonces (a horas de cerrarse el mercado de transferencias) 24 millones de euros procedentes de Barcelona y en un abrir y cerrar de ojos, Rivaldo estaba vestido de blaugrana. No se lo esperaba nadie, pero la directiva catalana negoció con el brasileño “bajo el agua”. Por supuesto que los deseos de él, eran llegar a un club grande como el Barça, del cual se acababa de marchar Ronaldo. La historia terminó con Rivaldo vestido de culé y 6 años con una recisión de contrato por 90 millones de euros.
Ahí, el crack hizo de todo, incluyendo 86 goles en 157 partidos. Cumplió 5 años de contrato, suficientes para darle a la entidad de la Ciudad Condal 2 Ligas, una Copa del Rey y una Supercopa de la UEFA. Todas, entre 1997 y 1999, lo que le valió ser nominado a Balón de Oro en el 99 y ganarlo.
Se dice que después del Barcelona, no hay nada. Así lo decía Lineker y Rivaldo no aspiraba a más. Sin embargo, fichó por el Milan donde no le fue bien. Anotó solo 5 veces en 22 partidos. La aventura del brasileño por el mundo comenzó en 2004 regresando a Brasil y de vuelta enseguida a Grecia con el Olympiacos. Hasta 2007 su nivel no fue el mejor , pero suficiente en Grecia para conquistar 3 Ligas y 2 Copas. Fue decayendo y pasó por el futbol de Uzbekistan, Angola y finalizó en 2015 en Brasil con el Mogi Mirim a los 41 años. Se retiró finalmente tras una brillante y exitosa carrera, donde se le recuerda por la espectacular chilena ante el Valencia en sus mejores años.
¿Dónde está hoy Rivaldo?
Dejó un legado: Rivaldinho. Su hijo de 22 años juega en Bucarest y pinta para los mismos pasos que su padre, aunque dudoso que alcance el mismo impacto. Rivaldo nunca quiso alejarse del futbol y compró a ese último equipo donde jugó, el Mogi Mirim de la Tercera División de Brasil. Es el máximo accionista, presidente y fue entrenador también.