¿Dónde está Byron Moreno? El árbitro del escándalo

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En teoría los árbitros fungen únicamente como jueces y nada más. Se requiere de un criterio imparcial para poder serlo. De una indiferencia hacia uno u otro lado. Los árbitros han existido desde siempre en los deportes. El ser humano por naturaleza es ambiciosos y ávido de triunfos. Por lo mismo, la ceguera de los ojos cuando se trata de alcanzar el éxito puede ser total. Es por eso que se contrata a un árbitro. Para ser los ojos de imparcialidad que no tienen los competidores sea por la pasión o la adrenalina del momento.

Para desgracia de este gremio, el arbitraje se ha ganado a pulso, ser enemigo tanto de uno como del otro bando. Si pierden, es por el árbitro, suelen decir algunos. Parte de esto es gracias a los errores humanos (que naturalmente tienen). Hoy se ha aprobado el uso de la tecnología en el fútbol. Para muchos necesaria. Para otros tantos se pierde con ella el romanticismo propio del fútbol al ser un deporte de apreciación ante los ojos de los vestidos de negro.

Fue un mal necesario para la ayuda de todos. Los reclamos siempre hacia estos jueces pueden darse por olvidados con esta nueva creación. El porcentaje de equivocación es prácticamente nulo al ser vista la jugada (como en otros deportes) una y otra vez hasta tener un veredicto.

Si esta tecnología hubiera existido desde mucho tiempo atrás, la historia del futbol sería totalmente distintas. Goles, penales, campeonatos… todo habría cambiado. Y posiblemente el árbitro ecuatoriano Byron Moreno, hubiera sido sentenciado “a la congeladora” desde el día 1.

Este polémico árbitro es recordado (junto a su mamá) por toda Italia. Fue el hombre que pitó el juego de los octavos de final del Mundial Corea y Japón 2002  entre la selección italiana y los surcoreanos.

Desde le minuto 1, la tendencia de Moreno a favor de los coreanos fue notable. Para resumir 90 minutos de “atracos”, concedió un penal (que no era) a Corea, anuló dos goles a Italia, expulsó a Francesco Totti, capitán italiano, sin nombrar las innumerables faltas no sancionada de la selección.

A pesar de las protestas de los azurri  (vaya que fueron muchas y fuertes) la FIFA no hizo nada en ese partido e Italia le dijo adiós a la Copa. Corea avanzó a los cuartos de final donde enfrentaría a España, y de nuevo se desataría otro escándalo, pero con otro arbitro (ese es tema de otro café).

Byron Moreno, en el ojo del huracán durante el Mundial 2002.
Foto: Revista Estadio.

Byron Moreno no volvió a pitar en el mundial. No era para menos. Para colmo, nomás volver a su nativa Ecuador, se incorporó a la liga local. Justo en septiembre de ese año, dirigió el juego entre Barcelona de Guayaquil y la Liga Deportiva Universitaria de Quito. Volvió a hacer de las suyas…

Se jugaba en Quito. El equipo de Guayaquil no ganaba ahí hacía 15 años. Y estaba logrando la hazaña. Ganaba 3-2. Pero Byron Moreno agregó 14 minutos de reposición. A pesar de los constantes reclamos, hizo caso omiso. Fue tiempo suficiente para que el equipo de Quito remontara y ganara 4-3 el partido.

Byron Moreno durante el partido entre LDUQ y Barcelona. Foto: El Universo.

Razones suficientes y obvias para que Moreno fuera investigado por las autoridades del futbol ecuatoriano. Le costó una suspensión de 20 partidos.

Un año después, volvió a pitarle a la Liga Deportiva. Esta vez ante el Deportivo Cuenca. Partido que de nuevo, manchó. Expulsó a tres jugadores de Cuenca. Ante la presión los italianos con la FIFA (que seguían su cacería contra él) y del historial en suspensiones por parte de la Federación Ecuatoriana de Futbol, Byron Moreno decidió retirarse al mes de eso.

Lo que no pagó en el terreno de juego lo pagó en la vida misma. En septiembre del 2010, Byron Moreno fue detenido en el Aeropuerto JFK de Nueva York por tratar de traficar con 6 kilos de heroína, valorada en aproximadamente 700 mil dólares, escondida en su ropa interior. Fue sentenciado  2 años y medio y cumplió su condena en una prisión federal de Estados Unidos.

Byron Moreno colabora con los medios. Foto: Ytimg.

¿Dónde está hoy Byron Moreno?

Hay un viejo refrán que dice “Pájaro viejo, no entra en jaula”. Y Byron Moreno aprendió la lección. Hoy, tras tanto remolino de emociones en su vida, vive tranquilamente en Guayaquil. Concede múltiples entrevistas a distintos medios de comunicación. Todas encaminadas a su pasado. Está enfocado a proyectos propios y de vez en cuando colabora como comentarista deportiva para un medio local.