Marruecos estará en Rusia tras cuatro mundiales ausente gracias a un mago del banquillo
Para romper cualquier conjuro maldito se necesita de un hechicero mejor que el que lanzó una maldición que aparentemente parece imposible de romper. Para Marruecos, la maldición de no ir a un Mundial, al contrario de ser rota, se prolongó por varios entrenadores durante sus 20 años de ausencia. No obstante, llegaría uno de los mejores entrenadores que ha visto pasar el fútbol africano, Hervé Renard, para romper el hechizo y regresar a una Copa del Mundo a una nación ávida de fútbol.
Renard, el mago artífice principal del renacer marroquí, hizo Campeones de África a la modesta Zambia y a la poderosa Costa de Marfil antes de llegar a dirigir a ‘Los Leones del Atlas’. Y como no podía ser de otra manera, con Marruecos también triunfaría, pero esta vez logrando algo que ningún otro director técnico pudo hacer desde la Copa del Mundo de 1998: volver a meter a los marroquíes en una cita mundialista jugando buen fútbol y mereciendo la clasificación. Y para aumentar la gesta, lo hizo en la última fecha, frente a sus ex dirigidos de Costa de Marfil y doblegándolos claramente con un 2-0 en condición de visitante.
Con una equipo mezclado entre el talento individual, el manejo de balón a buen pie de algunos jugadores y la entrega y sacrificio de otros tantos, el DT francés consiguió una versión ganadora de un seleccionado nacional de cuyo país nacen varios talentos que terminan nacionalizándose en otros lados para jugar con diferentes selecciones. Uno de esos casos más conocidos es el que ahora se pelea en los tribunales del TAS por parte de la Federación de Fútbol de Marruecos para que se le permita a Munir El Haddadi jugar por los ‘Leones del Atlas’, país de nacimiento de su padre, y no por ‘La Roja’ con la que solo disputó unos minutos en un partido oficial.
No obstante, volviendo a la calidad de varios de los nombres que han logrado la hazaña de regresar a Marruecos a un lugar donde son varios los que consideran que debería de estar, resaltan hombres como Achraf Hakimi, quien pasó de ser canterano del Real Madrid en mayo de este año a ser dueño de una de las bandas del equipo nacional de su país. Por la otra banda tienen a un experimentado jugador que puede desempeñarse en cualquier posición a lo largo de su carril, como lo es Nabil Dirar, campeón con el Mónaco la pasada campaña y ahora en el Fenerbahçe.
En la media cuenta con talentos de pie educado como Younès Belhanda para definir jugadas a balón parado, filtrar balones a sus delanteros o simplemente manejar los hilos del partido. Sofiane Boufal, Amrabat o Boussoufa, son otros nombres de importancia. Pero sin duda, su estrella referente es Mehdi Benatia, defensa central de la Juventus y en quien recae la responsabilidad de lidera un equipo por demás joven pero con mucho potencial.
Hay buen material para seguir soñando
Con esa columna vertebral de jugadores y un entrenador con bastante experiencia, Marruecos logró llegar a Rusia 2018 primero de su grupo con 12 puntos y sin perder un solo partido. Once goles a favor y ninguno en contra los colocan como la única selección de Africa que no concedió anotación alguna durante toda la eliminatoria. Razones suficientes para meterse en la cita mundialista dejando en el camino a la ya mencionada y durísima Costa de Marfil, a la Gabón de Aubameyang y a Malí.
Alentados por el conocimiento de su Renard, su idea en el terreno no es negociable: un fútbol de toque y transiciones rápidas para explotar la velocidad de sus jugadores en banda, pues mientras muchos seleccionados africanos se caracterizan por el juego estrictamente físico, Marruecos se decanta por el toque de balón y la posesión como filosofía. Así fue como desataron el estruendo en el sentimiento de su gente y las colonias marroquíes que habitan en el mundo para festejar una proeza, misma que podría extenderse de llegar a tener suerte en el sorteo oficial de los grupos que se llevara a cabo el próximo primero de diciembre.