¿Dónde está: Nicolás Vigneri? La promesa que se marchitó con el tiempo.
Cruz Azul lleva 20 años sin un campeonato de liga. Dos décadas, incluso, de tragedias y situaciones inverosímiles. Son múltiples las ocasiones que ha tenido el título en el bolsillo y se le ha esfumado de una manera inconcebible. El verbo “cruzazulear” suena en cada rincón del país como la práctica más común para referirse a un error.
Empezará este Apertura 2017 en menos de un mes con la máquina celeste ausente en liguilla por 3 años consecutivos. Seis torneos donde el desfile de entrenadores y jugadores ha sido más interesante que una pasarela de moda en Milán. Y precisamente hablando de modas, ya se ha vuelto una costumbre que Cruz Azul fiche jugadores de renombre, con un cartel prestigiosamente memorable pero que se han ido por la puerta de atrás.
Ha gastado millones en contrataciones desde aquel lejano campeonato de 1997 en León, esperanzado en emularlo y darle por fin el noveno título que tanto ansía (y exige) su afición.
Han llegado jugadores de Sudamérica, provenientes de Europa, los mejores de la misma liga mexicana, ha repatriado jugadores que estaban en la MLS, africanos… ha intentado de todo, y nada, absolutamente nada le ha funcionado.
Este verano, bajo el mando del español Paco Jémez (quien cumplirá su segundo torneo al frente) sonaron futbolistas como el español campeón del Europa y del Mundo, Fernando Torres del Atlético de Madrid, por ejemplo y donde una vez más, ilusionaron a la fanaticada para darles a Jordan Silva, proveniente del Toluca, quien dicho sea de paso, nomás llegó y se descartó por apendicitis. Cruzazuleada, pensarán muchos.
Ya contrató a Felipe Mora, un chileno con mucho potencial que se incorpora junto a otros tres andinos para crear sociedades y lograr así algún chispazo que pudiera funcionar. De experimentos, a los celestes nadie les cuenta nada.
Dentro de esa vorágine de nombres y apellidos, nacionalidades, posiciones y demás, en el lejano 2008, hace casi 10 años, llegó Nicolás Vigneri. Un uruguayo que provenía del Peñarol con un futuro promisorio. Vigneri conocía a la institución, pues 5 años atrás en una Copa Libertadores, su equipo, en ese entonces el Fénix, goleó 6 a 1 a los mexicanos.
El delantero charrúa llegó ya habiendo incluso jugado con la selección absoluta de su país. Varios clubes europeos lo buscaban, pero eligió el suculento proyecto (y dinero) de Cruz Azul. Ahí, parecía que la malaria se acabaría con él comandando el equipo en la parte ofensiva.
Anotó apenas en su segundo partido con la camiseta del equipo azul durante el torneo Interliga donde llegaron a la final, perdiéndola ante el América en penales. Sin embargo, el uruguayo dejó buen sabor de boca. Debutó en liga donde en su primer torneo oficial con la máquina llegaron hasta la final. La perdieron contra Santos , aunque él anotó gol en el duelo de ida.
El torneo siguiente, ya con la experiencia y conocimiento suficiente de la liga, Vigneri y su inercia goleadora siguieron, pero esporádicamente. De nuevo llegaron a la final y una vez más, la perdieron. Esta vez en penales frente al Toluca. Y fue entonces cuando Vigneri se infectó de esta extraña enfermedad de derrota e inició una debacle que marcó el principio del fin de su carrera.
Tras un año con Cruz Azul y dos finales perdidas consecutivamente, Vigneri se marchó. Intentó apuntalar de nuevo a ese nivel que le permitía escuchar su nombre en las mesas de los mejores clubes del mundo. Lo intentó marchándose al fútbol argentino, luego a España con el Xerez, retornó a México con el Puebla e incluso volvió a sus orígenes con el Fénix uruguayo. Pero nada lo volvió a catapultar como la promesa que años atrás había sido.
Hoy nos acordamos de Nicolás Vigneri como el fichaje que llegó a Cruz Azul para romper toda racha negativa. La afición apenas se acuerda de él. Dio tumbos por otras partes del mundo hasta que cayó en el olvido.
Y ahora, ¿Dónde está Nicolás Vigneri?
Hoy Nicolás Vigneri juega en la división de Ascenso con Murciélagos de Los Mochis. El apodado “Rayo”, no fue más que un espejismo de su sobrenombre. Cruz Azul le truncó indirectamente el empuje que estaba teniendo. Nadie lo recuerda y apenas con 33 años, Vigneri naufraga en la división de plata mexicana esperando tener una oportunidad más en el máximo circuito. Sea con Cruz Azul, sea con quien sea, pero reclama, muy seguramente, ese prestigio que alguna vez tuvo en sus pies.